El papa Francisco denunció hoy los "actos de violencia brutal" y cometidos "a sangre fría" que suceden en la ciudad iraquí de Mosul y manifestó su cercanía a la población de ese país.
"En estas horas dramáticas, estoy cerca de toda la población de Irak, en especial de la ciudad de Mosul", dijo el pontífice tras el tradicional rezo del Ángelus desde el Palacio Apostólico ante unas cincuenta mil personas reunidas en la Plaza de San Pedro, según cifras de la Gendarmería Vaticana.
"Nuestros espíritus están sacudidos por los brutales actos de violencia que, desde hace demasiado tiempo, se están cometiendo contra ciudadanos inocentes, ya sean musulmanes, ya sean cristianos o de otras etnias y religiones", dijo el papa.
El pontífice se manifestó "desolado por la muerte a sangre fría de numerosas personas de aquella amada tierra, entre ellos tantos niños, por esa crueldad que hace llorar, dejándonos sin palabras" en ese conflicto en territorio iraquí.
"A la palabra de solidaridad se acompaña la garantía de mi recuerdo en la oración para que Irak, duramente golpeado, sea fuerte y firme en la esperanza de poder ir hacia un futuro de seguridad, reconciliación y paz", agregó Jorge Bergoglio.
La alusión del papa a Mosul llega cuando se cumple una semana de la ofensiva sobre esa ciudad, emprendida por las fuerzas iraquíes y las kurdas "peshmergas", cuyo objetivo es expulsar al Estado Islámico de su principal plaza en Irak, que controla desde junio de 2014. EFE
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