El Papa Francisco fue recibido en Chile por sus máximas autoridades, miles de fieles y también laicos con una cargada agenda en contra de la Iglesia católica.
Durante la antesala de la visita del Papa argentino hubo seis ataques a templos. El ambiente para Francisco en el país sureño es el menos favorable de Latinoamérica. Según una encuesta de Latinobarómetro, Chile es el país que peor valora al líder de la Iglesia católica en la región (5.3 puntos de 10 posibles).
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Barros y Karadima Uno de los principales reclamos contra Francisco es la designación que hizo en 2015 al reverendo Juan Barros como obispo de la ciudad de Osoro, al centro sur del país. Barros fue cercano colaborador de Fernando Karadima, encontrado culpable de abusos sexuales contra menores por los propios fueros eclesiásticos.
Ambos sacerdotes trabajaron juntos durante la época en la que se cometieron los abusos. La defensa de Barros apuntó a que no sabía de los actos de Karadima; sin embargo, muchos feligreses de Osorno su opusieron a su nombramiento.
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(AFP)
Francisco se mantuvo firme en su decisión luego de que estallaran las protestas en Chile. En un video incluso se ve la reacción del Papa cuando un grupo de chilenos le increpa sobre Barros. “Osorno sufre por tonta”, aseguró, a la vez que los instó a no dejarse llevar por corrientes “zurdas”.
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“Ni zurdos ni tontos”Aquellos calificativos de Bergoglio justamente se convirtieron en bandera de sus detractores chilenos, quienes acusan a Barros de “encubridor” del probado abusador Karadima.
Francisco negó que el obispo de Osorno haya sido cómplice de Karadima, pero ello no impidió que lo recibieran con carteles de “Osorno sufre” en las calles que recorrió con el “papamóvil”.
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En Pudahuel, entre quienes esperan al papa, alguien levantó por unos segundos esta imagen en protesta por la permanencia del obispo de Osorno en su cargo. (Foto: Kassandra Widemann)
Una publicación compartida por Cooperativa (@cooperativa) el Ene 15, 2018 at 2:16 PST
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