Las esquinas ya no son los únicos lugares de las mujeres que trabajan en el oficio más antiguo del mundo, y es que parece ser que la tecnología también ha llegado a ellas para ofrecer sus servicios sexuales.
Así es el caso de la mexicana Mariana de 26 años quien ha amueblado su departamento desde la cama hasta el WIFI - su fuente de trabajo- todo esto a cambio de sexo, así lo informó el portal de México "Periódico Central".
La mujer asegura no ser una prostituta, sino solo alguien que intercambia servicios a cambio de placer. "No me considero prostituta, yo no cobro, a mí me regalan cosas por acostarme con quien yo elija", me escribió escuetamente Mariana. Además me contó que hace un par de meses encontró a un joven que ofrecía "claves wifi y wpa a cambio de sexo". cuenta Mariana.
TRUQUES. Según la búsqueda realizada por el reportero de VICE pudo encontrar a una mujer dispuesta a intercambiar sexo por una buena plática sobre literatura. "Alguien con espíritu solitario que no menosprecie a otros". La mujer se describe como "una escritora luchando por darse a conocer". Su anuncio, a pesar de que no es explícito en el intercambio de sexo por una buena charla literaria y lo deja saber entre líneas, se encuentra en el apartado de "personales", bajo la pestaña de "Mujer buscando a hombre" y la otra pestaña de "relaciones esporádicas".
En Craigslist, por otro lado, la prostitución está ahí, con fotos, números de Whatsapp, precio por hora y lugar de encuentro.
La segunda red en importancia de trueque es ofrezcoacambio.com, que a pesar de que la mayoría de sus miembros son de España, hay algunos anuncios desde México.
Sin embargo el lugar más directo para intercambiar sexo por artículos o servicios es Facebook. Un grupo cerrado creado apenas hace un par de años bajo el nombre "DF Trueque x sexo" mantiene hasta hoy 118 miembros, incluyendo a Mariana y a Pancho.
El grupo, administrado por un regiomontano de nombre Alan, se especializa en el intercambio de sexo por objetos o servicios para mayores de edad.
Sin embargo, hay mujeres que no solo hacen cambio por falta de cosas materiales, hay otras que lo hacen por falta de dinero y ellas piden servicios básicos, alimentos o drogas.
Los autores del estudio encontraron además otro factor de vulnerabilidad que han llevado a hombres y mujeres a intercambiar sexo por artículos o servicios: la estigmatización social.
"En el contexto cultural de México es bastante complicado para las jóvenes reconocer que tuvieron relaciones sexuales fuera de este marco normativo, y menos aún reconocer incluso ante sí mismas tener sexo por interés, ya que corren el riesgo de ser estigmatizadas socialmente como unas 'interesadas', o unas 'rameras', palabras usadas por algunos jóvenes de los grupos focales", escribe.