El Gobierno culpa al bloqueo de EE.UU., pero el propio régimen no tiene capacidad de satisfacer demandas de la población. (Foto: Eva Marie UZCATEGUI / AFP).
El Gobierno culpa al bloqueo de EE.UU., pero el propio régimen no tiene capacidad de satisfacer demandas de la población. (Foto: Eva Marie UZCATEGUI / AFP).

Cuba ha vivido esta semana una de sus mayores protestas ciudadanas en décadas, lo cual desnudó el desgaste social que se vive en la isla. La chispa fueron los recurrentes cortes de luz, la escasez de alimentos y la falta de vacunas y medicinas en un momento en que el país vive su peor momento de la pandemia de COVID-19. Los contagios se han disparado y ya se superan los 5.000 casos diarios, mientras que los decesos pasaron de un promedio de 10 al día hace un mes a 52 reportados el viernes.

En las calles, estas carencias se transformaron en gritos que clamaban desde mejores condiciones de vida hasta un cambio del modelo político-económico. Frases como “libertad”, “abajo la dictadura” y “patria y vida” —en contraposición al “patria o muerte” que acuñó Fidel Castro en los años 60— se propalaron por toda la isla, impulsadas por las redes sociales. Los choques con la Policía han dejado al menos un muerto, decenas de heridos y más de un centenar de detenidos.

Para calmar la situación, el Gobierno autorizó el miércoles a los cubanos el poder ingresar al país alimentos, productos de higiene y medicamentos importados, sin límites de valor y libres de pago de aranceles, hasta fin de año. Son medidas paliativas para una sociedad altamente castigada económicamente.

En realidad, son pocos los datos sobre la situación socieconómica cubana. El país no forma parte del Fondo Monetario Internacional (FMI), por lo que la entidad no cuenta con cifras sobre qué tanto ha mermado la pandemia el crecimiento del PBI. Sin embargo, el propio Gobierno reconoció que la caída estuvo cerca del 11% en 2020.

Sumado a la crisis por la COVID-19, estuvo el fin de la circulación del CUC (peso cubano convertible, la otra moneda oficial del país con valor similar al dólar). Este hecho hizo que suban los precios. Según el diario The Economist, la inflación en 2021 estaría entre el 400% al 500%. Por su parte, Pavel Vidal, execonomista del Banco Central cubano, señaló en junio a la agencia de noticias Reuters que oscilaría entre 500% a 900%. En el mercado informal, dice el mismo medio, un producto racionado, como una bolsa de leche en polvo, cuyo valor es de 2.5 pesos, se vende en 300 pesos (unos 12 dólares).

Causas

El desabastecimiento y la actual crisis sanitaria y económica pueden haber sido el detonante de las protestas, pero para el internacionalista Óscar Vidarte hay otros factores en juego.

“Yo encuentro tres razones principales. Una, de carácter coyuntural, tiene que ver con lo que han sido estos últimos años. La región ha vivido años difíciles. La CEPAL habla de media década perdida en el lustro que va de 2015 a 2020. Creo que se han dado ciertas condiciones económicas que la pandemia ha empeorado, y en el caso cubano han tenido mucho impacto”, sostiene.

Otra razón es el bloqueo o las sanciones económicas de EE.UU. De hecho, el presidente Miguel Díaz-Canel alegó en Twitter que “si el presidente Joseph Biden tuviera sincera preocupación humanitaria por el pueblo cubano, podría eliminar las 243 medidas aplicadas por el presidente Donald Trump, incluidas las más de 50 impuestas cruelmente durante la pandemia, como primer paso para el cese del bloqueo”.

A finales de la era Obama, se vio un deshielo en las relaciones entre EE.UU. y Cuba, como la reapertura de la embajada de EE.UU. en La Habana y cierto espacio para el desarrollo del turismo. “Con Trump, estos avances retrocedieron. Una industria como la turística, que podía ser un polo de desarrollo para la isla, se vio muy afectada. Y se vio también muy afectado el envío de remesas”, señala Vidarte. La nueva administración de Biden no ha dado avisos de relajar las sanciones.

Un tercer factor estructural, para el experto, es el propio régimen cubano. “Es verdad que el Gobierno cubano dirá que es culpa de EE.UU., pero debe haber una responsabilidad del Gobierno por no superar un modelo que claramente se volvió muy dependiente, primero de la Unión Soviética y luego de Venezuela. No se puede depender tanto de lo que un tercer país pueda ofrecerte. Eso también merece una crítica”, manifiesta.

En su opinión, la llegada de Díaz-Canel al poder, en 2018, generó expectativas que no se han cumplido. “Se habló de una nueva Constitución que permita ser más aperturista, que permita un tipo de desarrollo de mercado, pero se ha avanzado a pasos muy lentos. Hay responsabilidad del Gobierno cubano en torno a  generar condiciones para su población, lo cual se ve reflejado en las protestas”, señala Vidarte.

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