Los antiguos romanos sufrían patologías que también afligen a la población actual y no conocían la anestesia moderna, pero las "refinadas técnicas médicas" les aliviaban el dolor, como revela un estudio multidisciplinario elaborado por expertos italianos.
"Tenían competencias sanitarias avanzadas y usaban técnicas refinadas, a pesar de ser hace más de dos mil años, que les permitía continuar con sus duros trabajos" reconoció hoy a Efe la docente de Medicina de la Universidad La Sapienza de Roma, Valentina Gazzaniga.
Entre las técnicas empleadas por los antiguos romanos referidas por la docente está la extracción de fragmentos de hueso después de una fractura.
"Sabían reducir las luxaciones con complicados sistemas de tracción de arterias, bloqueaban las arterias fracturadas con vendas a veces recubiertas de miel y resina para hacerlas más rígidas y hacerlas funcionar como una escayola actual", explicó Gazzaniga.
La profesora también detalló pequeños sistemas hechos con ramas de plantas muy flexibles que bloqueaban arterias y articulaciones y tenían sujeto el brazo como una férula.
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Son conclusiones del análisis de esqueletos extraídos de excavaciones de necrópolis y cementerios de Roma donde la Superintendencia ha ido recopilando desde hace más de 20 años un total de 50.000 restos que datan de los siglos I y III d.C.
Las sepulturas son un espejo de la población masculina dedicada al trabajo en las salinas, unos descubrimientos que desentrañan todo un "cuadro social" de la Roma Imperial, apuntó Gazzaniga.
"Hemos pasado del estudio de las patologías a interpretar el estilo de vida. Los romanos tenían competencias altísimas en el tratamiento de situaciones complejas y sus intervenciones quirúrgicas permitían la cura de fracturas que hoy nos parecen imposibles".
Así lo confirmó a Efe la antropóloga de la superintendencia de bienes arqueológicos de Roma, Paola Catalano, quien destacó que el aspecto más revelador del estudio es "la reconstrucción de las condiciones de vida de los habitantes de la Antigua Roma".
"Este estudio nos permite subrayar el estilo de vida de los romanos, como por ejemplo cómo comían, pero también nos da a conocer el modo en que la comunidad asistía a las personas enfermas".
De los análisis de los esqueletos emergen una serie de patologías traumatológicas que ponen de manifiesto "las condiciones de vida difíciles, pesadas e incluso peligrosas de los romanos que trabajan en minas y salinas", explicó Catalano.
"Podemos decir que estos hombres sobrevivían con dolencias que aún hoy resultan difíciles de curar, y esto es por la precisión e instrumentalización de una comunidad que, sin conocer la anestesia, conseguía tratar y curar lesiones duras".
El estudio titulado "Bones, orthopaedic pathologies in Rome Imperial Age" ("Huesos, patologías traumatológicas en la Roma Imperial"), pone además de manifiesto que las condiciones de los esqueletos de ciertas necrópolis están en mejores condiciones que otros dependiendo de la existencia de minas o salinas en la zona.
"Una de nuestras hipótesis es que por ejemplo en la necrópolis de Portuense (occidente de Roma) las condiciones de trabajo eran más duras por la existencia de salinas, y eso se ve reflejado en los esqueletos", explicó Gazzaniga.