El belga Abdelhamid Abaaoud, sospechoso de ser el instigador de los atentados de París, es un yihadista de 28 años, miembro activo de la organización Estado Islámico, que burla a las fuerzas de seguridad europeas desde hace años.
Abdelhamid Abaaoud nació en 1987 en la comuna bruselense de Molenbeeck. Se hace llamar Abu Omar Susi, nombre de la región del suroeste de Marruecos de la que es oriunda su familia, o Abu Omar al Baljiki (Abu Omar 'el belga').
"Era un tontito" que hostigaba a sus compañeros y profesores o se hacía detener por robar billeteras, contó, pidiendo el anonimato, un ex compañero de clase al tabloide popular belga La Dernière Heure.
El "tontito" está ahora en la mira de los investigadores franceses y belgas, que "no excluyen" que sea el "instigador" de las matanzas de París del viernes que dejaron 129 muertos y más de 350 heridos, reivindicadas por la organización Estado Islámico.
El sospechoso clave de estos ataques, activamente buscado, Salah Abdeslam, que también residió en Molenbeeck, y su hermano, Brahim, que se hizo estallar el viernes en París, conocían a Abaaoud. Los tres tienen expedientes criminales de la policía belga.
No es la primera vez que el nombre de Abu Omar 'el belga' aparece en una investigación. A principios de 2014 estuvo en las tapas de los diarios belgas por haber llevado a Siria a su hermano Yunés, de 13 años, apodado "el yihadista más joven del mundo".
Apareció poco después en un video de EI. Tenía una impúber barba y llevaba un gorro de tipo afgano. Ante una cámara que lo muestra al mando de una camioneta que transporta cadáveres mutilados, Abaaoud se ufana de las atrocidades que dice cometer.
INSTIGADOR. "Antes, tirábamos jet-ski, cuatriciclos, remolques repletos de regalos, equipaje para ir de vacaciones a Marruecos. Ahora tiramos infieles, los que nos combaten, los que combaten al islam", se ufana, con una sonrisa, en una mezcla de árabe y francés.
Tiene el perfil de alguien de "la clase media". Los que vienen de entorno pobre no hacen jet-ski o se pasean en cuatriciclo, subrayó este martes le periódico flamenco De Morgen, que asegura que el padre envió a su hijo a un buen colegio de la comuna residencial de Uccle, en el sur de Bruselas.
"Teníamos una buena vida, sí, incluso una vida fantástica aquí. Abdelhamid no era un niño difícil y se había convertido en buen comerciante. Pero de repente, se fue a Siria. Me pregunté todos los días la razón por la que se radicalizó a este punto. Nunca tuve una respuesta", había declarado su padre, Omar Abaaoud, en enero al periódico La Dernière Heure.
"Abdelhamid llenó a la familia de vergüenza. Nuestras vidas están destruidas", había reaccionado su padre. "¿Por qué en nombre de Dios querría matar a belgas inocentes? Nuestra familia debe todo a este país", había explicado Omar Abaaoud, cuya familia llegó a Bélgica hace 40 años.
"Nunca le perdonaré" a Abdelhamid haber "embarcado" a su joven hermano Younes, dijo.
Abaaoud, el más conocido de los casi 500 jóvenes belgas que partieron a combatir a Irak y Siria, está también vinculado a la "célula de Verviers".
En Verviers, ciudad del este de Bélgica, la policía belga lanzó el 15 de enero, una semana después de los atentados de París, una operación que apuntaba a desmantelar un ataque "inminente". Dos de los sospechosos murieron.
Abaaoud no estaba en el lugar. Pero a principios de febrero reivindicó en una entrevista que le atribuye Dabiq, la revista del grupo Estado Islámico, que "planificó" estos ataques frustrados.
"Logramos finalmente llegar a Bélgica. Logramos obtener armas y encontrar un escondite al mismo tiempo que planificamos las operaciones contra los 'cruzados'", habría declarado.
Según la prensa belga, Abaaoud había sido localizado en Grecia desde donde comunicaba con dos de los yihadistas muertos en Verviers. La policía griega no logró detenerlo en una redada que organizó en Atenas.
"Pude irme y llegar a El Sham (que designa en árabe a la Gran Siria, o su capital Damasco, NDLR) a pesar de la cacería de tantos servicios secretos", celebró en la revista.
La justicia sospecha que incitó a un yihadista francés detenido el 11 de agosto de regreso de Siria a que ataque "un objetivo fácil" como una sala de conciertos.
En julio fue condenado en Bruselas, en ausencia, a 20 años de prisión en un juicio por las filiales de reclutamiento de yihadistas belgas para Siria.