El traslado de un centro de votación de Miami a Nueva Orleans o la modificación a última hora de la cédula de votación parecerían los últimos intentos del "Goliat" socialista de América del Sur, Hugo Chávez Frías, por no dejar el poder ante el crecimiento del "David" Henrique Capriles. El analista internacional venezolano Ariel Segal no se muestra sorprendido por esta situación y explica cómo se ha llegado a este desenlace que amenaza con un final de fotografía.

Correo: La pregunta obvia es: ¿quién gana mañana (hoy)? ¿Existe acaso la posibilidad de que Chávez no sea re-re-re-electo?

Ariel Segal: La posibilidad existe porque la Mesa de Unidad Democrática viene haciendo un excelente trabajo. Ellos plantearon hace tiempo que todos los partidos se unieran no solo para propósitos electorales, sino para plantear un proyecto de país diferente al de Chávez, y así han ido juntos a varias contiendas donde han tenido éxito. En las últimas elecciones para alcaldes y gobernadores, la oposición ganó en las provincias más pobladas e industrializadas. También lo derrotaron en el referéndum para cambiar la Constitución, la famosa "victoria de mierda", y por último las elecciones parlamentarias, donde se impusieron 52% a 48%. Por ello, la tendencia en las encuestas es de un estancamiento de Chávez y un crecimiento de Capriles, y la posibilidad de una victoria de la oposición no es algo inimaginable.

C: ¿Hay un desgaste del chavismo?

AS: No solo son 14 años de repetir un mismo discurso y de promesas incumplidas, sino también un candidato enfermo y desgastado físicamente. Ya no puede culpar a ningún gobierno anterior de la falta de servicios, de la inflación...

C: Pero sí puede culpar al Imperio...

AS: Tampoco. Ya no está "Mr. Danger" Bush, como en elecciones anteriores. El Imperio no ha bombardeado a Venezuela, así que la falta de luz y agua no es su culpa. Entonces, la gente se va desengañando y abriendo los ojos; y viene un candidato que plantea puntos concretos en educación, salud, vivienda, empleo y seguridad, mientras Chávez habla de la conversión al socialismo o de que Venezuela será potencia mundial. Un candidato joven, que fue a visitar 10 a 12 pueblos por día, a ver los problemas de la gente, que se hizo querer, que no negó las cosas buenas de Chávez ni entró al lenguaje del insulto, puede dar una sorpresa, como la de Violeta Chamorro en Nicaragua.

C: Si Chávez intentara manipular los resultados electorales en caso Capriles se impusiera por un margen estrecho, ¿cuál podría ser la reacción internacional?

AS: Lamentablemente hay muchos países que reciben ayuda petrolera de Venezuela y probablemente mirarían al costado, pero hay otros que, espero, no se presten a un intento así. Pienso especialmente en Brasil, ya que Dilma (Rousseff) no tiene la misma simpatía por Chávez que "Lula"; y lo mismo Chile y Colombia. Creo también que los venezolanos ya han aprendido a no ilusionarse de la llamada "comunidad internacional", ya que todos actúan conforme a sus intereses y la oposición tomará medidas propias para evitar un fraude.

C: ¿Chávez está preparado para un resultado adverso?

AS: ¿Mentalmente? ¿Sicológicamente? No. Él no va a entregar el poder a las buenas, pero eso no significa que tenga que haber violencia, sino que el sector institucionalista del Ejército lo obligue a salir por las buenas.

C: ¿Existe ese sector o Chávez lo desapareció luego del intento de golpe del 2002?

AS: ¿Cuál golpe? Eso fue un vacío de poder como consecuencia de su renuncia voluntaria. Lo del golpe es un mito que Chávez ha vendido muy bien. Sí creo que existe ese sector institucionalista, pues son los mismos que lo obligaron a aceptar su derrota en el referéndum constitucional o su derrota en las elecciones parlamentarias. Los asesores cubanos van a intentar lo contrario, pero no estoy seguro de que tengan el poder suficiente, y más bien la victoria de Capriles sería la excusa perfecta del Ejército para zafarse de esa intromisión castrista.

C: ¿Chávez ha logrado asegurar el socialismo del siglo XXI en Venezuela?

AS: No, de lo contrario no estaría ante una elección tan apretada. Cualquiera que viaje a Venezuela se da cuenta de la gran contradicción entre la retórica del chavismo y la realidad de un país muy consumista y no solamente de cosas básicas. El socialismo de Chávez es una entelequia, una frase. Lo que ha pasado es que los miembros del gobierno han desplazado a la antigua oligarquía. Ahora existe la boli-burguesía, y esa gente vive muy bien. Es un capitalismo de Estado donde la gente que tiene vínculos con el Estado vive muy bien. No es Cuba, ¡para nada!