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El primer ministro de Australia, Tony Abbott, calificó hoy como "terrorismo" el secuestro de 17 rehenes en una cafetería de Sídney, donde murieron tres personas -dos civiles y el secuestrador-, aunque precisó que sería "equivocado" ligarlo con grupos extremistas.

En rueda de prensa, Abbott dijo que el secuestrador, identificado como Man Haron Monis, era un "enfermo mental con un largo historial de delitos" y condenó el uso del grupo yihadista "Estado Islámico" en referencia al incidente.

"Sídney ha sido golpeada por el terrorismo por primera vez en los últimos 35 años", afirmó con contundencia el dirigente.

Si bien el secuestrador, un clérigo de origen iraní, era conocido por la Policía y los servicios de Inteligencia locales, Abbott comentó que cree que el sujeto "no estaba en la lista de sospechosos por terrorismo".

El político dijo que el Comité de Seguridad Nacional debe de analizar su protocolo "para aprender las lecciones correctas y actuar en base a ellas"

Katrina Dawson, una abogada australiana de 38 años y madre de tres niños, y su compatriota Tori Johnson, de 34 y gerente del establecimiento asaltado, murieron durante el incidente, así como el secuestrador.

Tras 17 horas de secuestro, la policía entró en el local tras supuestamente escuchar unos disparos y mató al secuestrador, aunque a penas se han ofrecido detalles de lo ocurrido en el interior del local "Lindt Chocolate Cafe".

Las autoridades informaron de que otras seis personas, cinco mujeres que permanecían cautivas en el local -tres de ellas al ser alcanzadas por disparos- y un agente, resultaron heridos durante el operativo, pero que todos se encuentran en situación estable.

La subcomisionada de la Policía del estado de Nueva Gales del Sur, Catherine Burn, no se pronunció durante su turno en la rueda de prensa junto al primer ministro ante la pregunta sobre si el secuestrador disparó contra el rehén fallecido durante un forcejeo.

"Se escucharon unos disparos y el plan de acción para la emergencia se activó", se limitó a decir la portavoz policial.

El primer ministro alabó la valentía de la "gente decente e inocente" que fue tomada como rehenes durante "la fantasía enferma de un individuo profundamente perturbado".

"No somos inmunes a la violencia con motivaciones políticas que ha acechado a otros países", apuntó el jefe del Ejecutivo australiano.

Abbott agradeció la "profesional" actuación de la policía e indicó que se había puesto en contacto con el agente herido durante la intervención.

"Australia siempre será una nación libre, abierta y generosa (...) que le abrirá el corazón a todas las comunidades sin excepción", aseveró el mandatario.

Previamente el primer ministro y su esposa, Margie Abbott, acudieron al memorial improvisado en recuerdo a las víctimas para colocar una ramo de flores y firmar en el libro de condolencias.

"Esta ciudad y su gente es increíble. Lo que estamos viendo en Martin Place es como si el corazón palpitante de la ciudad se está poniendo en su lugar. Esta ciudad está viva, latiendo, a pesar de los desafíos y las tragedias que hemos sufrido", comentó.

Las autoridades mantienen cerrada la zona aledaña al corazón financiero de Sídney, donde tuvo lugar el suceso, mientras proceden a la investigación de la escena del crimen.

El secuestrador era un radical iraní que llegó a Australia en 1996 y le fue concedido asilo político. Cambió su nombre, Manteghi Bourjerdi, por el de Man Haron Monis y adoptó el apelativo de jeque Haron.

El sujeto había protagonizado en los últimos años numerosas protestas contra la intervención militar de Australia en Afganistán, además de tener cuentas pendientes con la justicia por violencia y asalto sexual, entre otros cargos.

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