Un país ajeno puede dar el chance de salir adelante, que tal vez no brindó el de origen. Una segunda oportunidad, que le llaman. Y así nace un sentimiento, las ganas de ser recíproco. Una forma de devolver el gesto de cariño es defender con uñas y dientes, con balas y bombas, ese espacio de aire, mar y tierra que ahora también le pertenece. Eso sienten los peruanos que se enrolaron en los Ejércitos extranjeros, aunque en un inicio lo hicieron para sobrevivir.

Correo Semanal logró contactarse en España con el peruano Jostin Eslava Carrera, quien nació un 19 de abril de 1990 en el Callao. Hace 12 años radica en España, a donde llegó de la mano de su madre junto a su hermano dos años menor que él.

La madre de Jostin buscaba oportunidades tras separarse en el Perú y siguió la estela de una de sus amigas, que le propuso un puesto en un supermercado en Tarragona, Cataluña. Seis años más tarde Jostin decidió alistarse en el Ejército, defender una patria a miles de kilómetros de la suya, donde ya lleva cinco años y cuatro meses.

Desde hace un año este joven chalaco se hizo tirador de precisión de la brigada Alfonso XIII de Almería, al sur de España, donde se identifica con el mar y mira la playa con nostalgia recordando su barrio natal, pero eso sí, con mucha satisfacción, considerando que dicho terruño le ha dado una

segunda oportunidad y una novia que asocia a la alegría del sur.

"Andalucía me ha brindado las oportunidades de hacer lo que realmente deseo", indica Jostin, quien relata que en nuestro país trató de unirse a la Fuerza Aérea. "Hablé con mi madre cuando ella estaba en Perú, a ver si me podía pagar para entrar a la FAP, pero en ese momento creo que eran S/.4 mil por derecho a examen. El dinero fue lo que me mató", recuerda... Fotos: Francisco Bonilla

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