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Un tribunal de Pekín inició hoy el juicio contra la veterana periodista y ferviente defensora de la libertad de prensa Gao Yu, quien está acusada de revelar "secretos de Estado", un delito que le puede acarrear hasta la cadena perpetua en el caso de que sea declarada culpable.

El Tribunal Intermedio número 3 de la capital china, en el distrito de Chaoyang (este), comenzó hoy el proceso contra Gao, de 70 años, bajo un fuerte dispositivo de seguridad que impidió a los periodistas acercarse hasta el inmueble, una práctica que se ha vuelto usual en este tipo de casos.

Según confirmaron diplomáticos que pudieron aproximarse -si bien, no entraron en el tribunal-, los agentes de seguridad solicitaban identificaciones a personas que se paseaban por las inmediaciones, mientras que mantuvieron a los informadores a más de 500 metros de la entrada.

El hijo de la periodista, Zhao Meng, y el hermano menor de ésta, Gao Wei, han sido forzados por las autoridades "a viajar a la provincia de Hebei" (vecina a Pekín), estos días, para evitar que acudieran al juicio hoy, según explicó a Efe el conocido activista Hu Jia, quien tampoco pudo acudir a apoyar a su amiga por estar bajo arresto domiciliario ilegal -hasta 56 días ya-.

"Su caso es un nuevo juicio político", denunció Hu, y comentó que Gao está siendo castigada por sus críticas al Gobierno y, especialmente, al actual presidente Xi Jinping, de quien "Gao piensa que se parece mucho a Mao Zedong: con ideologías atrasadas y muy dictadores y violentos a pesar de tener una apariencia suave".

Ésta no es la primera vez que Gao, que trabaja como freelance para medios como la cadena germana Deutche Welle, se enfrenta a un juicio por sus comentarios políticos.

A principios de los 90 fue condenada a seis años de prisión por revelar secretos de Estado, poco después de que fuera encerrada hasta 15 meses por su apoyo al movimiento democrático de Tiananmen de 1989.

En esta ocasión, las autoridades aseguran que Gao difundió un documento interno del Partido Comunista, conocido como el "Documento número 9" a páginas web extranjeras.

El texto, al parecer, alertaba de varios peligros e instaba a atajar la disidencia o la libertad de prensa, entre otros.

Poco después de su arresto el pasado abril, cuando las autoridades aseguraron que habían recogido "muchas evidencias" en el registro de su casa, Gao apareció en la televisión nacional admitiendo haber cometido "un grave error", una confesión que sorprendió a sus más cercanos.

Uno de los abogados de la acusada, Mo Shaoping, explicó esta semana a Efe que Gao había realizado esta confesión coartada por el régimen, que la había amenazado con represalias a su hijo, y que ella no sabía entonces que sus declaraciones se retransmitirían por televisión.

En una audiencia preliminar al juicio esta semana, Gao defendió su inocencia y explicó que su confesión televisada fue fruto de las amenazas por lo que pidió que los jueces no la aceptaran como prueba de la fiscalía.

El letrado, que luchará hoy por reducir la pena, ha alertado de que la veterana periodista no se encuentra bien de salud y que sufre problemas de corazón e hipertensión.