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Cuando se acercan al final de sus vidas, muchas estrellas desarrollan discos estables de gas y polvo que las rodean. Ahora, un equipo internacional de astrofísicos ha logrado obtener la vista "más nítida" de uno de estos discos en una pareja de estrellas.

Los resultados de esta investigación se publican en la revista Astronomy & Astrophysics, en un artículo en el que los científicos, además, comparan por primera vez este tipo de discos estables de gas y polvo con los discos que hay alrededor de estrellas jóvenes.

"Parecen ser sorprendentemente similares", señala el Observatorio Europeo Austral (ESO) en una nota de prensa.

Las observaciones fueron realizadas por un equipo de astrónomos liderado por Michel Hillen y Hans Van Winckel, del Instituto de Astronomía de Lovaina (Bélgica), que para este trabajo utilizó toda la potencia del telescopio VLTI (Very Large Telescope Interferometer, en sus siglas en inglés) del ESO, en Chile.

El objetivo del VLTI fue la vieja estrella doble "IRAS 08544-4431", que se encuentra a unos 4.000 años luz de la Tierra, en la constelación meridional de Vela.

Esta doble estrella está formada por una estrella gigante roja, que expulsó el material hacia el disco de polvo circundante, y una estrella normal, menos evolucionada, que orbita cerca de ella.

Gracias a "la nitidez sin precedentes" de las imágenes obtenidas por el VLTI, y a una nueva técnica de imagen que puede eliminar las estrellas centrales de la imagen para revelar lo que hay a su alrededor, el equipo pudo diseccionar todos los componentes del sistema IRAS 08544-4431 por primera vez, según la nota del ESO.

Según este investigador, "la resolución es tan alta que, en comparación, podríamos determinar el tamaño y la forma de una moneda de un euro vista desde una distancia de 2.000 kilómetros".

Lo más destacado de la imagen es el anillo, que se ve con total claridad. El borde interno del anillo de polvo, visto por primera vez en estas observaciones, se corresponde "muy bien" con el esperado inicio de un disco de polvo: de estar más cerca de las estrellas, el polvo se evaporaría por la feroz radiación de las estrellas.

A los investigadores también les sorprendió encontrar en las observaciones un resplandor más débil.

Según Michel Hillen, autor principal del estudio, éste viene de un pequeño disco de acreción alrededor de la estrella compañera: "Sabíamos que la estrella era doble, pero no esperábamos ver directamente a la compañera".

El equipo considera que los discos que rodean a estrellas viejas son, en realidad, muy similares a los discos que hay alrededor de las estrellas jóvenes en los que se forman planetas.

Aún está por determinar si puede formarse una segunda generación de planetas alrededor de estas estrellas viejas, "pero es una posibilidad intrigante", concluye este trabajo, en el que también participó el Observatorio Astronómico Nacional de Alcalá de Henares (España).

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