Un estudio realizado en España ha confirmado que la presencia de ácido ribonucleico (RNA) del virus del Zika en el suero materno de forma prolongada puede ser un indicador de infección del feto, y a la vez de la presencia continuada del virus en la madre.
El trabajo, liderado por la doctora Anna Suy, médico adjunta de la Unidad de Infecciones Perinatales del Servicio de Obstetricia Vall d'Hebron e investigadora del grupo de Medicina Materna y Fetal del Vall d'Hebron Institut de Recerca (VHIR), lo publica la revista New England Journal of Medicine.
La investigación se centra en el caso de una mujer embarazada, infectada en uno de los países de América del Sur afectados por la epidemia de zika durante la novena semana de gestación y que dio a luz a un bebé con microcefalia.
La mujer sufrió una erupción en el tronco y extremidades, y dio positivo por zika en las muestras de suero de la sangre.
El positivo se mantuvo durante 89 días, es decir 107 días después del inicio de los síntomas, en la semana 29 de gestación, aunque las pruebas en orina, vagina y endocérvix dieron negativo.
Según los investigadores, las pruebas ecográficas realizadas en la semana 12 y 15 de gestación no revelaron anomalías en el feto. En cambio, las neurosonografías realizadas a partir de la semana 20, sí mostraron problemas en su desarrollo cerebral.
Estos indicios se confirmaron a través de las pruebas de resonancia magnética realizadas, en las que el feto no presentaba otras anormalidades.
Las pruebas de virus del Zika en el líquido amniótico dieron positivo y, de hecho, la carga viral en la muestra de líquido amniótico fue más alta que la carga viral en el suero de la madre.
El parto tuvo lugar la semana 37 de embarazo, momento en el que las pruebas de presencia de RNA del virus en el suero materno, orina, fluido amniótico, placenta, membranas y cordón umbilical eran negativas.
El recién nacido, que presentaba microcefalia, también dio negativo en todas las pruebas realizadas.
Los autores del estudio apuntan que los datos obtenidos confirman estudios anteriores que indicaban la posibilidad que la presencia continuada del virus del Zika en la sangre de la madre se puede atribuir a su replicación en el feto o en la placenta.
Los investigadores se han basado en el hecho de que la carga viral en el líquido amniótico fuese superior a la del suero materno y en que la presencia del virus se mantuviese estable en la sangre de la madre durante 14 semanas para después bajar de forma súbita y no progresiva, y, finalmente, en que la presencia en la sangre a la vez de anticuerpos neutralizados y RNA viral.
A la vez, otro indicador es que no se detectó RNA del virus en la orina de la madre, de forma contraria a lo indicado por la literatura existente.
Los investigadores sospechan que los resultados negativos en las pruebas del recién nacido indican que la infección se produjo durante la vida prenatal, por lo tanto es posible que el sistema inmunitario estuviera capacitado para desarrollar anticuerpos del zika antes del nacimiento.