El 25 de octubre, en la ciudad de Montería, la capital ganadera de Colombia, los 25 integrantes del Parlamento Andino (PA) -5 miembros, elegidos por sufragio universal por cada uno de los países que lo integran: Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú-, han celebrado 42° años de su creación como el órgano deliberante por antonomasia del denominado Sistema de Integración Andina, cuyo núcleo es la Comunidad Andina de Naciones – CAN, y donde el PA, junto al Tribunal de Justicia de la CAN (Órgano jurisdiccional), la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina (Institución financiera), el Consejo Andino de Ministros de . (Órgano de dirección y decisión), y el Consejo Presidencial Andino (Órgano máximo), entre otros -son 15-, actúan como satélites que giran alrededor del Sol (que es la CAN).

Es verdad que poco se sabe a qué se dedica el PA, creyendo erradamente que no sirve para nada. Lo voy a explicar. Así como el Estado tiene vida propia dentro de su territorio contando con normas jurídicas (DERECHO NACIONAL) que son creadas esencialmente por los congresistas de la República, fuera del país también son creadas las denominadas normas jurídicas supranacionales y quienes las proyectan y recomiendan son precisamente los parlamentarios andinos. A diferencia de las leyes internas que son elaboradas por nuestros legisladores y tienen carácter imperativo, las leyes externas son promovidas por los parlamentarios andinos (DERECHO INTERNACIONAL).

Dado que son normas para el espacio comunitario o extramuros donde las relaciones son horizontales -en el derecho nacional son verticales-, las facultades de los parlamentarios andinos, que son técnicamente legisladores supranacionales, tienen el alcance de recomendaciones. Más bien, el carácter de obligatorio cumplimiento para los países de la CAN, que integran B, Co, E, y P, menos CH, solo será posible, si es acordado por los cuatro países como ha pasado con el recientemente aprobado histórico Estatuto Migratorio Andino. Los insumos legislativos supranacionales, entonces, son tarea de los parlamentarios andinos. No olvidemos que los Estados tienen vida propia dentro y fuera del territorio nacional.

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