El 14 de marzo de 1948, como hoy, el Congreso de EE.UU. de América, presentó el famoso Plan Marshall, que fue un programa impulsado por Washington de reconstrucción para Europa Occidental luego de quedar en ruinas el viejo continente por el impacto que produjo la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).

La iniciativa fue formulada el año anterior por George Marshall, secretario de Estado estadounidense del gobierno del presidente Harry S. Truman. En su momento y para su tiempo, el European Recovery Program, ERP –era el nombre oficial del plan–, cumplió su cometido sin precedentes de llevar adelante la recuperación de Europa. Por su puesto que, como bien dice el refrán, “no fue amor al chancho sino a los chicharrones” pues ya sabemos que Washington también lo hizo para contener el avance del comunismo pregonado por la entonces Unión Soviética – URSS, en aquel momento la otra superpotencia del mundo de la Guerra Fría (1945-1989).

Como pasa en la política internacional y en las relaciones entre Estados en cuyo marco no existen vinculaciones amicales sino solo por intereses, lo cierto es que el Viejo Mundo encontró la enorme oportunidad de un nuevo despegue gracias a la denominada doctrina Truman. Fueron 13 mil millones de dólares el monto destinado por EE.UU. para la reactivación de las economías europeas que, al inicio se materializó con el envío de alimentos, combustible y maquinarias, e inversiones en industria.

Sin duda, los países que recibieron los mayores montos de apoyo fueron el Reino Unido y Francia, aunque también lo recibieron Italia y Alemania, que habían sido los enemigos de los aliados durante la guerra. EE.UU. tenía claro que Europa era parte de su radio de influencia geopolítica internacional y los europeos por supuesto que aceptaron la oferta. En verdad la realidad no dio mucha oportunidad a las naciones europeas como para decidir lo contrario.

El impacto de la guerra de 1939 había terminado consumiendo a los Estados europeos y por eso el plan llegó como anillo al dedo. La guerra entre Ucrania y Rusia aún no acaba y será difícil calcular cuándo será. Pero también cómo quedará Kiev y en realidad todo el país con los bombardeos incesantes de Moscú. Cuando todo haya pasado, entonces, habrá que levantar a Ucrania de los escombros y para ello será necesario un nuevo plan de rescate.

El impacto de la guerra de 1939 había terminado consumiendo a los Estados europeos y por eso el plan llegó como anillo al dedo. La guerra entre Ucrania y Rusia aún no acaba y será difícil calcular cuándo será. Pero también cómo quedará Kiev y en realidad todo el país con los bombardeos incesantes de Moscú. Cuando todo haya pasado, entonces, habrá que levantar a Ucrania de los escombros y para ello será necesario un nuevo plan de rescate.

El impacto de la guerra de 1939 había terminado consumiendo a los Estados europeos y por eso el plan llegó como anillo al dedo. La guerra entre Ucrania y Rusia aún no acaba y será difícil calcular cuándo será. Pero también cómo quedará Kiev y en realidad todo el país con los bombardeos incesantes de Moscú. Cuando todo haya pasado, entonces, habrá que levantar a Ucrania de los escombros y para ello será necesario un nuevo plan de rescate.