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Cuando en 1992 se decidió ampliar la cobertura de pensiones en el Perú, se buscó garantizar un futuro decoroso para los trabajadores cuando se jubilen, y por eso hace 27 años entró en vigencia en el sistema la participación de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), instituciones que manejan los recursos de los aportantes bajo la modalidad de cuentas personales.

Este fondo individual, que se acumula mes a mes, es parte del descuento que hacen las empresas a sus trabajadores y deben depositarse en las cuentas individuales.

Todo estaría bien siempre y cuando dichos recursos sean abonados oportunamente por los empleadores a las AFP, para que de esa manera alcancen mejor rentabilidad las aportaciones en beneficio de los servidores.

Sin embargo, es preocupante la reciente información presentada por la encargada de la Asociación de AFP, Giovanna Prialé, quien reveló que 126 mil empresas adeudan a más de un millón de sus afiliados por un monto que supera los S/13,666 millones.

Este problema se ha venido presentando de manera constante, sin que existan medidas eficientes que obliguen y sancionen a las empresas que se apropiaron de los descuentos realizados a su personal en planilla.

Con esta deficiencia, en el depósito de las retenciones en beneficio de los trabajadores, se comete un claro abuso que pone en riesgo los montos en sus pensiones y que percibirán cuando se jubilen, motivo por el cual se necesitan correctivos adecuados, aparte de los tediosos procesos judiciales.