El pedido de vacancia que se ha planteado en contra de la presidente Dina Boluarte por el escándalo de sus relojes Rolex va a quedar simplemente como un disparo al aire que en unas semanas más irá al archivo, no porque falten motivos para poner contra las cuerdas a quien no logra explicar de dónde salieron esas joyas de casi 15 mil dólares que lleva en la muñeca izquierda mientras nos habla de honestidad en la gestión pública y lucha contra la pobreza y en favor de la inclusión social.

La iniciativa planteada irónicamente por la izquierda que apaña a un corrupto como Vladimir Cerrón y a un golpista como Pedro Castillo, va a fracasar porque el Congreso no va a mover un dedo por retirar de su cargo a una presidenta que deben mantener en Palacio de Gobierno hasta julio de 2026 porque esa permanencia es a su vez la garantía de que ellos van a seguir en sus escaños porque si se va Boluarte y se convoca a nuevas elecciones, estas tendrían que ser generales.

Ha quedado claro que entre las bancadas podrán existir discrepancias políticas, pero a la hora de defender los intereses comunes están más unidos que nunca. Veamos cómo han aprobado una norma que afecta a la colaboración eficaz que beneficia a muchos legisladores investigados por actos de corrupción, o la manera en que han dado luz verde a la resurrección de la Cámara de Senadores, con requisitos creados específicamente para que los legisladores puedan ser reelectos.

Están muy seguros de sí, así que jamás se van a arriesgar a exponer su curul con una vacancia de la señora Boluarte que de no tener nada que ocultar respecto a sus relojes, hace varios días debió salir públicamente a aclarar este escándalo que quizá esté tapando otras situaciones, pero que no puede ser obviado por los medios, la opinión pública, la clase política y el Ministerio Público. Ayer la mandataria también tuvo la oportunidad de hablar y ser franca durante una breve presentación desde Palacio de Gobierno, pero tampoco lo hizo.

El pedido de vacancia contra Boluarte seguro hará ruido en los próximos días, pero nada pasará. Ella y los congresistas de todos los colores se necesitan para seguir juntos hasta julio del 2026. Recuerden que una vez que cayó Castillo por golpista y sinvergüenza, muchos en las calles pedían “que se vayan todos”, pero la respuesta desde la Plaza Bolívar, que era donde se debía resolver esta situación, fue “nos quedamos todos”, y estoy seguro que esta idea se mantiene vigente.

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