Así se llama el libro del capitán de Navío AP (r) Antonio Gárate, en el que describe los pormenores del cuestionado viaje del presidente Mariano Ignacio Prado, quien el 18 de diciembre de 1879 viajó al extranjero a comprar dos barcos de guerra, pues ya habíamos perdido el “Huáscar” y la “Independencia”.

Existe una leyenda negra alrededor de Prado. Muchos creen que se fugó llevándose la plata y joyas de la gran colecta nacional, pero eso no es verdad, y hasta Jorge Basadre lo ratifica.

Gárate no solo aclara el comportamiento de Prado, sino que cuestiona el libro de Víctor Andrés García Belaunde El expediente Prado; mejor le damos la palabra:

“¿De dónde saca VAGB eso de que ‘la sesión fue secreta’?”, dice refiriéndose a la sesión del Congreso que autorizó el viaje de Prado, y continúa: “Pero lo más paradójico y que insulta la inteligencia de cualquier mediocre analista es decir: La familia Prado tuvo un enorme poder durante décadas y posiblemente la información respectiva haya sido ocultada para limpiar el apellido del general. ¡Inaceptable afirmación!”.

Luego le enrostra a “Vitocho” lo siguiente: “Pero tal parece que es de familia huir, salir corriendo de donde las papas queman, y así lo hizo el pariente de VAGB, Agustín Belaunde, el desertor de Arica”. Además, le recuerda que su tatarabuelo el general Francisco Diez Canseco firmó una carta a los chilenos comprometiéndose a no empuñar las armas.

Uy, “Vitocho”, esto merece un debate público con el capitán Gárate.