Existe un porcentaje, no menor, de peruanos que cuestiona el sistema, y que puso sus esperanzas en Humala. Quienes lo llevaron a la segunda vuelta con 30% fueron traicionados con el cambio de la Gran Transformación a la Hoja de Ruta primero, y con el alejamiento de la izquierda del gobierno después. Súmele la desaceleración económica y un gobierno mediocre que en lugar de resolver los problemas estructurales del país, mantuvo el statu quo, aumentó la burocracia y fue incapaz de acelerar el gasto público y generar incentivos para la inversión privada.

A una semana de las elecciones, que decidirán el destino del país, y con él, el de cada uno de nosotros, tenemos: Keiko 36%, PPK 16% y Vero 14.8%. Estamos ante la posibilidad de una segunda vuelta entre Fujimori y Mendoza.

Cada cinco años tenemos un líder radical que cuestiona el modelo y que pasa a la segunda vuelta. En el 2006, el Ollanta chavista; en el 2011, el Ollanta traicionero; y hoy la Vero. Pero en el camino ni la élite, ni los partidos, ni los liberales de café han invertido en buscar cohesión social y generar una visión de país. No se ha buscado mejorar las condiciones socio-económicas de quienes no creen en el modelo ni en su inclusión. Cada año, esta “élite” se reúne en la CADE, saca sus mejores trapos, se revienta cuetes y nos hace creer que estamos a un pasito de la OCDE. Pero no entiende que la pobreza y la inequidad son un lastre para el desarrollo.

¿Podemos seguir ignorando la realidad? Con un porcentaje importante de ciudadanos que no son considerados pobres pero que no tienen acceso a salud ni educación de calidad, ni pueden alimentar a sus hijos. Con corrupción endémica, títulos de propiedad que no dan acceso al crédito hipotecario, y con tasas de interés de créditos de consumo altísimas. Con colegios que embrutecen y no educan y hospitales donde se cortan piernas equivocadas. Con corrupción endémica. A estas alturas, ¿tenemos algo que perder? ¿Acaso somos un país de ingreso medio alto? ¿Tenemos instituciones?, ¿derechos de propiedad? La informalidad llega al 70% y la inseguridad ciudadana pone a Lima como la tercera ciudad del mundo más peligrosa para una mujer. Agudicemos las contradicciones de una vez. Votemos por Vero. Quien dice y logramos una visión de país, cohesión social y una élite que se compre el pleito. (Inserte sarcasmo donde corresponda)

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