Nuestra vida diaria está totalmente globalizada gracias al Internet, que se ha convertido en una prioridad. Nos comunicamos en tiempo real con cualquier parte del mundo, pero hacerlo el día de hoy cuesta, y por ello nos vemos obligados también a priorizar otras necesidades, como salud, agua, luz, vivienda y trabajo, que se le anteponen sin debate, restringiéndolo. Por ello, solo 12 millones de peruanos -somos casi 31- cuentan con acceso a internet, siendo en Lima el 58.3% de los 9.7 millones de habitantes, y en el resto del país, solo el 30.4%. Hay, pues, un gran número de personas que aún no han sido atendidas. En medio de esta compleja realidad, el expresidente Alejandro Toledo ha dicho: “Voy a hacer que internet sea absolutamente gratuito para todos los peruanos, comenzando con las zonas rurales de nuestro país”. Solo quien ha salido de la pobreza y ha tenido el privilegio de conocer el mundo del desarrollo y lograr contactos con personalidades como el propio Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, puede lanzar una promesa de este tamaño, sobre una de las mayores demandas sociales. En su libro La Sociedad Compartida, el exprofesor de Harvard y Stanford lo ha reiterado al sostener que “América Latina requiere una inversión agresiva en ciencia, tecnología e innovación” y con ello -añade Toledo- el “reto de ofrecer igualdad de oportunidades a todos…”, donde -insiste- nadie debe quedarse sin acceso a internet. Debemos invertir, entonces, en la sociedad del conocimiento, que hoy llega a todos por las redes sociales. Dedicado como él a la academia, estoy convencido de que ese paso será decisivo para la mayor revolución educativa en el Perú.