En medio de tantos problemas políticos y judiciales, sumados a la brutal ola de violencia que nos castiga a los peruanos sin que las autoridades estén en condiciones de hacerle frente, mucho cuidado que se sume la furia de la naturaleza que por estos días en que recién estamos a mitad del verano y de la temporada de lluvias en la sierra, nos ha lanzado una clarinada de alerta en diversas zonas del país, donde es de esperarse que ya se esté trabajando para mitigar los posibles daños.

Mucho cuidado con la ribera del río Rímac, que entre miércoles y jueves ha visto que su caudal ha llegado a topes alarmantes con posibilidad de desborde en Chosica y alrededores. No descuidemos tampoco el por lo general seco, pero siempre traicionero río Huaycoloro, que cuando se carga es capaz de generar problemas en la pista Ramiro Prialé, la zona de Campoy, incluso Zárate y hasta el Centro de Lima, como sucedió en 1998, año en que tuvimos un fenómeno El Niño descomunal, aunque que no es el caso de hoy.

Pero ojo, no hace falta un Niño propiamente dicho para generar problemas. En 2017 las emergencias nos tomaron por sorpresa a partir de la segunda quincena de marzo. Fue al año del llamado Niño Costero que nadie advirtió y que aparte de la pérdida de vidas y daños materiales que jamás fueron recuperados especialmente en el Bajo Piura, dejó como secuela una epidemia de dengue que antes de la pandemia de COVID-19, que vino tres años después, ya avisaba que nuestro sistema de salud pública era un desastre.

Ayer en las diferentes ediciones regionales de Correo hemos dado cuenta de los emergencias que se están presentando en Ica, sobre todo en la zona de Nasca; en La Libertad, especialmente en Chicama y Pataz; y en Arequipa, en el sector de Atico. Mientras tanto, en Piura la temperatura ha llegado a los 38 grados, lo que podría generar problemas en el río que atraviesa la ciudad y en las quebradas que bajan hacia la costa y cruzan la Panamericana Norte por debajo de puentes no siempre preparados.

El Perú de inicios del 2025 ya tiene bastantes turbulencias como para añadir una más. Por eso, es de esperarse que se hayan estado tomando las previsiones del caso, teniendo en cuenta que las lluvias y crecidas de ríos de la costa son eventos recurrentes en estas épocas del año. La semana pasada vimos a la presidenta Dina Boluarte supervisando trabajos en la ribera del Rímac, en las alturas de Lima; y ayer a tres ministros sobrevolando la región Ica y el valle de Lurín. Ojalá no haya sido solo para la foto.

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