En medio del intenso ruido político producto de los escándalos en el Congreso y los desaciertos del Gobierno, no debemos distraernos de la tarea de prepararnos ante la llegada del Fenómeno de El Niño, un evento natural que tiene el potencial de causar graves impactos en nuestro país y en otras regiones del mundo.

En el Perú, la ineficiencia del Estado dificulta la capacidad de respuesta ante los peligros que se avecinan. Por ejemplo, la ministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento, Hania Pérez de Cuéllar, reveló que Piura no está preparada para este acontecimiento. En tanto, en Lambayeque el gobernador regional alertó que la maquinaria que necesita la región para reducir riesgos llegaría recién en diciembre o enero, pues proceso de compra a cargo del Ejecutivo no inicia.

No en vano, una encuesta de Ipsos, entre los gerentes generales de las 2 mil 500 empresas más importantes del país, el 98% considera que el Gobierno central no está preparado o poco preparado frente al Fenómeno de El Niño. En tanto, el 98% cree lo mismo de los gobiernos regionales.

El aumento de las lluvias provocará inundaciones, deslizamientos y huaicos, dañando los cultivos y afectando la producción agrícola, lo que a su vez afectará la seguridad alimentaria de la población. Y eso no es todo, la carga de enfermedades infecciosas (como el dengue) también puede aumentar.

Es fundamental que las autoridades implementen medidas de adaptación y mitigación, fortalecer la infraestructura de prevención y respuesta ante desastres.

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