GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Si alguna duda había, en los dos días de presentación del gabinete Zavala por el voto de investidura el tema quedó despejado: sí, hay algún nivel de vínculo entre el nuevo gobierno y el que salió. No se explica sino cómo solo después de una incesante y machacona insistencia del fujimorismo los ministros empezaron a soltar prenda y a mostrar el descarnado estado de las finanzas públicas, la situación calamitosa de los hospitales, el incremento desmesurado de las planillas, los inexplicables nombramientos en la Cancillería, las adquisiciones sospechosas, el incumplimiento de metas básicas e impostergables como el combate a la desnutrición y un largo etcétera que se pretendía guardar bajo la alfombra con incomprensibles propósitos. ¿Se trata solo de un tema de amistades y buenas relaciones? No lo creemos. No fue casual que, en una práctica sin precedentes, PPK y Humala se hayan reunido hasta 4 veces antes del cambio de mando y tampoco, como lo difundió Correo, que las comisiones de transferencia hayan estado plagadas de funcionarios vinculados al humalismo. Se puede argumentar falta de tiempo, pero hasta ahora el 99% de los cargos públicos siguen en poder de sus antiguos poseedores y no se ven señales de cambio o renovación. Las palabras de Thorne sobre Nadine parecen solo consecuencia del desliz de un advenedizo en el entramado político, una casualidad. Lo real es que hay un afán encubridor y un compadrazgo de oscuras e inexplicables razones que el periodismo va a tener que escudriñar.