El dolor y las consecuencias que se generan a partir del error parecen ser la mejor manera para aprender, para la mayoría de las personas. Sin embargo, para que esto se dé, es importante que las personas lo reconozcan, lo analicen y cambien la manera de actuar. La renuncia del vicepresidente Vizcarra al Ministerio de Transportes, para evitar la censura del Congreso (por el aeropuerto de Chinchero), es un desenlace que nos muestra la dinámica de la realidad política actual del Perú.

A estas alturas, el Gobierno debe estar claro que Fuerza Popular solo busca los errores de ejecución que permitan paralizar todos los proyectos y demostrar la incapacidad para gobernar de PPK y Peruanos Por el Kambio, y así conseguir un rédito político que les permitiría ganar las próximas elecciones.

Las lecciones aprendidas hasta ahora son: el Gobierno deberá actuar (lamentablemente) con pies de plomo. Esto retrasará su capacidad real y velocidad de implementación en muchas áreas, pero será mejor que dejar fisuras y grietas que detengan las iniciativas después. La segunda lección que el Gobierno debe aprender es que Fuerza Popular tendrá una actitud más colaborativa en la medida en que sus decisiones sean percibidas de forma negativa por la población. Hemos percibido un espíritu de colaboración mayor dentro de Fuerza Popular, tanto en la delegación de facultades como en la aprobación del plan de reconstrucción nacional, temas en los que una negativa hubiera sido mal percibida por los ciudadanos -como lo que sucedió con la censura del ministro Saavedra-, acción que le costó a FP algunos puntos de aprobación. La tercera lección es que, en el Perú, las agresiones solo favorecen al agredido sin importar quién tenga la razón. En este sentido, las declaraciones del premier Zavala -a pesar de ser coherentes y reales- difícilmente le generan algún rédito político al Gobierno. La cuarta es que el Contralor de la República solo ayuda a la amplificación y exageración de cualquier posible error del Gobierno.

Los más expertos jugadores de cartas saben que tener una buena mano es bueno, pero es mucho más importante saber sacarle el mayor provecho posible a la mano que nos toca. A la luz de los hechos, Fuerza Popular parece ser quien mejor está jugando sus cartas, aunque este actuar no ayude al crecimiento del país y posiblemente tampoco logre que Keiko gane en las próximas elecciones.

El Gobierno debe pensar en cambiar su juego, pensando en actuar con más seguridad que velocidad para evitar tropiezos. Al mismo tiempo deberá sensibilizar a la población de la importancia de las acciones emprendidas, y así dificultar que estas sean detenidas en el Congreso. Lo que lo obligará a enfrentar su mayor debilidad, la limitada capacidad que tiene PPK y el Gobierno para comunicarse con la población y sumarla a sus iniciativas.