Aquí no pasa nada
Aquí no pasa nada

Recuérdenlo: sucede desde que Alexis Humala tomó el nombre de su hermano, por entonces presidente electo, para viajar a Rusia buscando oportunidades de negocios. Y el Congreso, que investigó estos hechos en detalle, nunca sometió a votación su informe. No solo eso: el parlamentario que lo acompañó en ese periplo, Josué Gutiérrez, fue premiado con la presidencia de la estratégica Comisión de Presupuesto y hoy es un vocero calificado del Gobierno. ¿Hubo sanción? Ninguna. ¿Y saben por qué? Porque ¡aquí no pasa nada!

Tiempo después vimos cómo Omar Chehade, pese a protagonizar uno de los peores escándalos de corrupción -que le costó la vicepresidencia porque era la única manera de evitar el desafuero y la cárcel (que es donde hoy está su hermano Miguel)-, se convertiría en otro activo portavoz del Ejecutivo y presidente de la Comisión de Constitución (sí, la que plantea una gran reforma a fin de optimizar la representación política, ¡jajajaja!). Esto, sin dejar de mencionar al titular de Justicia, Daniel Figallo, quien reunió a la procuradora que investigaba los sucesos de Áncash y “La Centralita”, Yeni Vilcatoma, con Eduardo Roy Gates, asesor del Presidente. Lo que allí se intentó cocinar sobre la situación de Martín Belaunde Lossio quedará en el mayor misterio porque, como vemos, ¡aquí no pasa nada!

Y seguiríamos así hasta los sucesos de la última semana, donde la presidenta del Congreso plagia contenidos de internet para un proyecto de ley y sigue de lo más oronda, la ministra de la Mujer le saca la vuelta a la norma que protege a las trabajadoras del hogar y alega que solo dejó de cumplir “con la formalidad”. O la jefa de la Sunat, quien reconoce haber usado a la Policía para resolver ciertas dudas domésticas como si de su seguridad particular se tratara. ¡Y aquí no pasa nada!

Y no pasa por una sencilla razón: porque lo que llamamos “oposición” no hace su chamba. Gran año el que nos aguarda.

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