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El mayor problema que afronta el régimen del rey Salman bin Abdulaziz de Arabia Saudí desde que asumiera la corona en el 2015, a la muerte de su medio hermano Abdalá bin Abdulaziz, es dar una explicación satisfactoria a la montaña de exigencias de la opinión pública internacional que viene requiriendo la entrega del cuerpo del periodista saudí Jamal Khashoggi, quien murió en circunstancias muy extrañas en el interior del consulado de ese país en Turquía. Despejada la duda sobre si estaba vivo o muerto, ahora las investigaciones de la policía turca deberán determinar si el periodista opositor murió como consecuencia de un pleito inusitado en la propia sede consular que escapó del control de los propios funcionarios saudíes, tal como ha sido la versión de las autoridades de Arabia Saudí, o si se trató de un cruel asesinato deliberadamente perpetrado, como ha dejado entrever el propio presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, que incluso ha declarado que se estaría buscando borrar cualquier huella del crimen. Si el cuerpo no aparece, el desprestigio para la propia monarquía sería mayor, porque la tesis de que todo fue planeado tomaría mayor forma. En la hipótesis extrema de que se hubiese tratado de un crimen, entonces la imputación penal habrá quedado agravada, y más aún si acaso el cuerpo no aparece. Este último escenario podría llevar a los adversarios del régimen saudí a enfilar sus baterías contra el gobierno de Donald Trump -conociendo de la importante y sólida alianza estratégica que Washington mantiene con Riad- para exigirle la determinación de medidas contra el gobierno saudí, pues EE.UU. no solo no podría avalar un crimen, sino que ha difundido a los cuatro vientos su fama persecutoria de los regímenes violadores de derechos humanos, como el de Siria o el de Venezuela. Si el escenario está complicado para el rey Salman, que como jefe de Estado debe dar la cara, parece que lo está más para Mohamed bin Salman, el príncipe heredero de la Corona, quien ha sido señalado como el principal responsable de todo lo sucedido.