Ayer la violencia se desbordó en la ciudad de Huancayo, capital de la región Junín, el bastión político y electoral de Perú Libre, el partido de Vladimir Cerrón que llevó a Palacio de Gobierno al presidente Pedro Castillo, quien está siendo testigo del descontento de ese “pueblo” al que tanto le gusta mencionar en sus discursos demagógicos y trillados.
Transportistas de carga pesada, agricultores, ganaderos y comerciantes de mercados han desatado la violencia en la capital de Junín, donde las turbas han atacado las sedes del Gobierno Regional de Junín y la Municipalidad Provincial de Huancayo, así como un supermercado, y locales comerciales privados, donde se han registrado saqueos, todo esto por el descontento que genera el alza de precios y el desabastecimiento.
Los manifestantes también atacaron el aeropuerto de Jauja, el principal de la región, mientras ayer en la tarde el Poder Ejecutivo decidió enviar una comisión, ante una tibia reacción de la Policía Nacional.
¿A quién va a culpar el presidente de esto? ¿A los “pitucos” de San Isidro y Miraflores? ¿A los dirigentes “vendidos” que ofendió el mandatario?
Es el precio de tener un gobierno ineficiente y plagado de incapaces, sinvergüenzas y corruptos que parece estar colmando la paciencia del “pueblo” al que tanto hace referencia el mandatario. La gente se está cansando, cuidado.