El Perú cuenta con diferentes espacios a lo largo de su territorio que han recibido la categoría de Áreas Naturales Protegidas. Estas áreas cuentan con la protección legal del Estado para evitar que se realicen en ellas actividades humanas no compatibles con el objetivo de conservar su diversidad biológica. De este modo, se busca que el ambiente natural de estos lugares no se modifique y se mantenga a lo largo del tiempo el valor cultural o paisajístico de los mismos.

Sin embargo, para asegurar el desarrollo de nuestro país es de relevancia nacional no solo el proteger lugares con fines de conservación biológica, sino también con fines de investigación científica. Existen diferentes actividades científicas en el país que requieren que los entornos en que se desarrollan estén protegidos y no se vean afectados o modificados por la actividad humana, con el fin de poder asegurar la continuidad de sus investigaciones.

Por ejemplo, el Instituto Geofísico del Perú (IGP), y el país en general, cuenta con una facilidad científica de importancia nacional e internacional que es el Radio Observatorio de Jicamarca.

Este observatorio tiene como objetivo el estudio de las capas altas de la atmósfera terrestre, la ionosfera y el espacio que nos rodea. Para la realización de sus actividades, el observatorio cuenta con el radar ionosférico más potente y grande del mundo. Este instrumento es altamente sensible a las señales radioeléctricas, por lo que requiere de un entorno libre de contaminación o interferencia electromagnética. Por este motivo, actividades de extracción de recursos naturales o actividades industriales en general que utilicen motores, generadores eléctricos, sistemas de comunicación y otros elementos que generan ruido radioeléctrico no son compatibles con las actividades del observatorio y representan una amenaza a su continuidad.

Ante este probable riesgo, el Gobierno peruano ha dictado el Decreto de Urgencia N° 21–2020, en el cual declara, en una de sus disposiciones, de necesidad pública e interés nacional la adquisición de terrenos para la implementación de un área de protección para el Radio Observatorio de Jicamarca. Esta medida es un primer avance en la necesidad del país de generar una legislación adecuada que favorezca la formación de áreas de protección científica. Esto es de vital importancia para los peruanos, ya que favorece el desarrollo de la ciencia y tecnología que requerimos para nuestro desarrollo.

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