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El 2 de diciembre del 2000, el Centro Histórico de la ciudad de Arequipa fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), título alcanzado tras cumplir una serie de requisitos y evaluaciones de su belleza arquitectónica y la certificación de la reserva paisajista de la campiña. Sin embargo, estas dos condiciones poco a poco se pierden por inacción de sus autoridades para preservarlas en los últimos años.

Lamentablemente en el corazón de la Ciudad Blanca se instauró una política de informalidad, donde uno puede “construir” primero sin la autorización del caso para después recién gestionar los permisos de la Municipalidad Provincial y conseguir la “conformidad” del caso. Así se atenta seriamente contra su atractivo urbano y su espectacular campiña, pulmón verde de Arequipa, que de manera disimulada y por complicidad de los gobernantes desaparece ante el avance de la expansión urbana con nuevas urbanizaciones.

Esa es la realidad que enfrenta hoy en día la ciudad del Misti y que pone en riesgo la categoría otorgada por la Unesco.

La Dirección Desconcentrada de Cultura de Arequipa advirtió que en treinta casonas del casco del Centro Histórico se realizaron trabajos de ampliación sin el permiso del Ministerio de Cultura.

La alerta se da de manera frecuente, pero no existe determinación en hacer respetar las normas de edificaciones dentro del radio urbano del Centro Histórico y menos sanciones para quienes transgreden las ordenanzas.

El Centro Histórico enfrenta graves riesgos y requiere urgente compromisos para su defensa.