La semana que termina dejó muy claro que la permanencia de Julio Velarde al frente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) no era tan clara como la quiso creer la clase empresarial y los entendidos en economía, cuando hace unos meses el entonces todavía candidato Pedro Castillo afirmó que lo mantendría en el cargo. En ese entonces, apenas unos meses atrás, esa breve declaración le significó un micro-shock de confianza al actual Presidente. Pasado el tiempo, con la investidura puesta, pasan las semanas y no llega la esperada ratificación. ¿La razón? La cuestionada composición del nuevo directorio de, BCRP.
Conocida la manera en que el gobierno ha ido copando la maquinaria pública, normalmente con personajes desconocidos sin el aparente bagaje profesional para hacer frente a las complejas responsabilidades públicas, empezaba a configurarse la figura de una tremenda “mecida” con el caso del estratégico BCRP. Y al parecer, esto llevó al nivel de hartazgo del propio Velarde quien hace pocos días, declaró abiertamente que sin la incertidumbre política de estas horas el dólar cotizaría a 3.70 soles en vez de los largamente más de 4 actuales.
Afortunadamente, ayer Velarde anunció que se quedaba. Al parecer, todo va apuntando a que tanto Castillo como Velarde tendrán que ceder. Para ello, debe optarse por un directorio que quizá carezca de personajes tan conocidos, pero que definitivamente sí conozcan bien de las implicaciones macroeconómicas de adoptar tal o cual medida o de impulsar una u otra política pública. Cierto es que no se puede tener directores con notorios conflictos de intereses, pero tampoco con desconocedores del funcionamiento de la economía moderna. Haría bien, por cierto, refrescar el directorio con nuevos rostros, pero que al mismo tiempo garanticen que defenderán la autonomía del BCRP ante cualquier embate político. Esperemos pronto el humo blanco.