Qué difícil resulta rescatar algo relevante del mensaje del señor Castillo expuesto ante el Congreso de la República. En resumen, el mensaje comprendió cuatro partes. Primero, alcanzó un balance paralelo de los 231 días de desgobierno. Segundo, esbozó una débil defensa sobre los cuestionamientos que sustentan la moción de vacancia en curso. Tercero, enumeró una serie de promesas demagógicas que realizará en materia gubernamental y finalmente, propuso voltear la página, un “borrón y cuenta nueva”.
La situación real del país en los últimos meses en materia económica, política y social es una firme situación de deterioro, debido a la incapacidad, improvisación e irresponsabilidad en el manejo de la cosa pública.
Hasta el momento, el gobierno se ha caracterizado por moverse fuera del marco normativo, jurídico y político vigente (se zurran de todos y en todo). Así tenemos, por ejemplo, Sarratea. Luego, está la figura recurrente a la victimización para justificar la carencia de habilidades de liderazgo, y apelan constantemente a la confrontación, agudizando las diferencias raciales, culturales, ideológicas y políticas, con la finalidad de enfrentar a los peruanos.
Queda claro que la estrategia de la dupla Castillo/Cerrón es permanecer en el gobierno todo el tiempo que sea posible, cueste lo que cueste. Como resultado de esta permanencia, están copando el sector público. Las prefecturas y la infiltración en las FFAA y PNP han sido el primer objetivo; posteriormente, la dependencia presupuestal de los gobiernos regionales y locales del interior del país. Todo esto configura el escenario perfecto para el fraude en mesa, que será, en lo sucesivo, el modus operandi en las siguientes elecciones, pues ya lo han realizado anteriormente con buenos resultados. Esta vez lo harán desde el poder. ¡Ya se podrán imaginar!