Bruno Dumont: Dios existe, pero solo en el cine
Bruno Dumont: Dios existe, pero solo en el cine

El destacado realizador francés Bruno Dumont, nacido en 1958, nos visita en calidad de invitado de honor del 18° Festival de Cine de Lima y su presencia viene acompañada de una retrospectiva completa de su obra, en la que destacan títulos como "La humanidad" (1999), premiado en Cannes, "Hors satan" "(2011) y el reciente "P'tit Quinquin" (2014), producido para la televisión. Conversamos con el cineasta sobre sus películas y su concepción del cine.

-¿Cómo nació su interés por el cine?

Fue un deseo de niño hacer películas. Siempre estuve fascinado por el cine, tanto como espectador. Como no me aceptaron en las escuelas de cine, me fui a estudiar filosofía y estoy muy contento de haberlo hecho.

-¿Qué películas lo motivaron como espectador?

Cuando era joven y estaba estudiando era la época de grandes cineastas como Bergman, Rossellini, Kubrick, Resnais, De Sica.

-¿Y Robert Bresson?

Me interesó después.

- Sus personajes son marginales y tienen una carga muy grande de espiritualidad y afecto. ¿Cómo los concibe?

Tiene que ver con la concepción del deseo. Son marginales, pero al mismo tiempo tienen una gran necesidad de amor. Hay que trabajar bien el perfil de los personajes para elevarse con ellos. La elevación es muy importante.

- Usted prefiere trabajar con actores no profesionales, ¿por qué?

Yo comencé a hacer películas en fábricas, filmando a los obreros. Una vez le pedí a un actor hacer de obrero, pero tenía también un obrero al lado que lo hizo mejor. Así comencé.

-¿No es más difícil?

Puede ser difícil o no. El problema es que al no ser actores se pueden intimidar y tener dificultades para lograrlo, pero a mí me gusta mucho esta dificultad porque genera sensibilidad. Muchas veces tienen miedo y eso les produce sensibilidad. Ellos no se dan cuenta, pero yo sí. El miedo es muy fecundo.

- Entonces para escribir el guión y construir los personajes, el casting es muy importante.

No creo en los personajes, porque si creyera entonces escogería actores profesionales. El personaje me da una idea, pero una vez que escojo a alguien es esa persona la que me interesa. Y después ese actor no profesional es el personaje.

-¿Y tiene algún método para el casting?

El método es justamente ese. Al no creer en el personaje, lo que interesa es el individuo y me puedo pasar más de un año buscándolo. Hay que tomar muchos riesgos, pero después produce sorpresas, emociones.

-¿Cómo hace con las actrices cuando hay una escena de violencia o sexo?

No es tan complicado, estamos haciendo cine y no hay un pudor particular. Por ejemplo, en "La vida de Jesús" (1996) la protagonista tenía que hacer una escena sexual de orgasmo y no podía, estaba un poco intimidada, así que le doblamos el pie y conseguimos el efecto deseado. A veces es mejor encontrar efectos de sustitución. En realidad todo es simulado, incluso las escenas de sexo más explícito. El cine para mí es simulación.

- Una presencia importante en sus películas es el paisaje, como si fuera un personaje más.

El paisaje tiene la mayor riqueza, la mayor fortaleza en la representación de las cosas. Nosotros, los seres humanos, somos la finalización del paisaje. Nosotros somos paisajes. Cuando filmo un paisaje filmo lo humano también. Hay mucha relación entre nuestros sentimientos y la meteorología. Hay una mística entre el paisaje y el cuerpo humano.

- ¿Cómo se conecta con el paisaje para empezar un proyecto?

Para mí la base de un filme es el paisaje. Yo voy al paisaje, me paseo, reflexiono y pienso qué historia puede realizarse ahí. A partir del paisaje es que parto, construyo. Es lo más importante y puede ser tanto exterior como interior. En el cine un paisaje ya no es un paisaje, sino una interioridad visible.

- Entonces los personajes son elementos de ese paisaje.

Así es. Yo no hago más que representar la interioridad.

- En "Hors satan" da la impresión de que la pareja protagónica camina en una suerte de paraíso terrenal, como si se tratará de Adán y Eva. Hay un sentido religioso, espiritual muy fuerte.

Tiene razón, es exactamente eso.

- Y cuando la chica resucita y el hombre se va, se siente como que ha cumplido su misión y debe ir a otro lugar, seguir su camino.

Si, se ha producido un milagro. En el cine Dios existe, pero solo en el cine. El milagro es parte integrante del cine porque el cine es un sitio milagroso. Uno vive, muere, renace. El tiempo no existe. Es un lugar profundamente religioso y espiritual para el espectador.

- Se percibe también una marcada atemporalidad en su cine.

Si, le damos al espectador la oportunidad de tener una experiencia extraordinaria sobre el tiempo.

- En su última cinta, "P'tit Quinquin", da un giro hacia la comedia. ¿Por qué?

Hay una necesidad para mí de buscar tierras nuevas y pienso que lo cómico es una parte de la tierra humana, del espacio humano. Siempre he estado cerca de lo humorístico, pero ahora es más natural o luce más natural.

- ¿Tal vez el hecho de virar hacia lo cómico es para captar la atención de más público?

No es el objetivo, quizás sea una manera de llegar más rápido, porque lo cómico es inmediato.

- Sí, pero al tratarse de una película para la televisión, eso también la hace llegar más rápido a la gente.

Puede ser, pero igualmente yo estoy evolucionando hacia una nueva forma de expresión. Pienso que lo cómico es tan profundo como lo trágico. Estoy preparando una comedia para el cine. Es un género que me gusta mucho.

- ¿Hay algún realizador que lo haya influenciado en la comedia?

Me gustan los cómicos franceses del cine mudo, como Max Linder.

-¿Y la comedia clásica norteamericana?

Me gustan mucho Buster Keaton, Charles Chaplin, Laurel y Hardy. Chaplin es una buena síntesis de lo trágico y lo cómico.