Que Ollanta Humala haya vuelto a mostrarse como chavista solo puede explicarse por el síndrome del aislamiento y de ensimismamiento que da el ejercicio poco democrático del poder. Hay que ver la célebre película alemana “La caída” para darse cuenta a lo que conduce el ejercicio del poder cuando las cosas se ponen mal: aislarse, evadirse, culpar a los demas de sus desgracias, aborrecer las consultas políticas, exacerbar las confrontaciones, justificar como culpa de otros lo mal que andan, etc.

La paranoia que muestra todos los días Humala revela lo mal que va el gobierno. Encerrado en su torre de marfil, considera que tiene derecho tanto él como su señora, pero especialmente ella, a disfrutar de las mieles del poder sin remilgo alguno y sin tener que dar cuenta a nadie. Creen, estoy convencido que con absoluta sinceridad, que están por encima de los demás, que se merecen un trato especial propio de una alta investidura que ellos siempre han considerado por encima de las leyes que se aplican a todos los demás. No podría explicarse de otra manera la desfachatez y el cinismo de haber ordenado sistemáticamente perseguir a la oposición con comisiones investigadoras, con chuponeos de la DINI, con procuradores sicarios (como aquel que en lugar de pelearse con el agua y el jabón como ostensiblemente parece ser el caso, hoy pregona que “se merece más” como lema de bandera) y con una prensa adicta que es más vendida que la que se plegó a Montesinos, y al mismo tiempo se escandalicen porque ahora les toca ser ellos los investigados. Repetiré para mejor explicación la frase favorita de uno de esos diarios serviles de 16 páginas que tres veces ha usado la palabra que voy a escribir y nada menos que en titulares de portada: “¡Qué tal concha!”.

Chavista, enemigo de los medios, atacando a los empresarios mediáticos, insultando a la oposición, denigrando a las encuestadoras, despreciando al pueblo al manifestar que protesta por “típica” pataleta, la pregunta que surge es: ¿qué va a hacer estos doce meses que le quedan?

Pues sin duda lo mismo que ha hecho los 48 meses anteriores: NADA. ABSOLUTAMENTE NADA.