En mi concepto, García y Acuña tuvieron las mejores intervenciones en CADE 2015. Sorpresa total, pues los favoritos del auditorio -y de las encuestas- Keiko y PPK fueron demasiado previsibles. En cuanto a Toledo, sigue creyendo que está en los “cuatro suyos” y no se reinventa. Pero ¿por qué me parece que presentaciones tan disímiles fueron las mejores? Pues porque engancharon emocionalmente con la gente, cada cual a su estilo.

García se hizo un baile con el auditorio y con el panel que le formuló las preguntas. En un discurso hablado, perfecto, con pleno contacto visual con el público y en clara actitud televisiva. Su planteo del fondo de infraestructura con base en valores futuros de la misma fue una propuesta innovadora. Resaltó el papel de la política para orientar las voluntades. Reiteró las posibilidades de crecimiento acelerado. Y deleitó y encantó.

Acuña fue torpe al leer, pero sorprendió en la alocución de cierre, hablada sin texto. Y en las preguntas supo sortear bien los escollos. Los “cultos” del panel se reían de él. Pero todo eso lo favoreció. Porque la mayoría de peruanos no son locuaces como García sino más trabados como Acuña. Y también reciben las burlas por eso. Sin embargo, Acuña se dio maña para responder a la altura. Fue el único que planteó la necesidad de avanzar en la descentralización y puso de garantía su experiencia como alcalde y gobernador. Y mientras PPK resaltaba los grados de PhD de su selecto equipo, Acuña decía que para triunfar no era importante la universidad sino la persona. Golpe maestro del liberteño.

Además, mientras Keiko y PPK se lanzaban contra el MEF y el SNIP, Acuña y García fueron con todo en pos de destacar el papel del crecimiento, la inversión privada y la liberalización de trámites. En especial Acuña no se esfuerza por presentarse como un hijo de campesinos, sino como un empresario próspero sin tapujos ni vergüenzas. ¿Será la revelación de este proceso? Esto recién va calentando.

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