¿El gran problema nacional es contar con una gran cantidad de partidos políticos o una baja calidad de candidatos para asumir un puesto por elección popular? Lanzo esta pregunta con relación a las 39 agrupaciones inscritas ante el Jurado Nacional de Elecciones y las 29 en vía de registro, lo que podría conllevar a cerca de medio millón de postulantes a un cargo, como lo analiza El Comercio.Considero que contar con partidos políticos a granel perjudica la calidad del gobierno. Uno de los grandes males nacionales es la atomización del voto, un hecho que fragmenta la composición de los entes del poder. Y a eso se llega teniendo en cuenta la gran cantidad de alternativas, como si fuera un gran mercado con múltiples ofertas.
Otro punto es el nivel de calidad de los aspirantes a puestos importantes que pueden decidir la vida de los peruanos. Como en el juego de la oferta y la demanda, el precio barato a pagar se traslucirá en la manera de gobernar o en su forma de repartir el poder. De esta manera, la cantidad no garantiza la calidad, e históricamente estamos perdiendo esta última.
No hay marcha atrás porque la democracia consiente todo, he ahí la imperfección en el modelo. Pareciera que nuestro país está llevando al extremo el sistema poniéndolo de espaldas a los ciudadanos, quienes, según las encuestas, creen menos en la clase política y, peor aún, en la credibilidad de algunas instituciones tutelares.
Si los dirigentes de los partidos políticos solo piensan en la forma y no en el fondo de asumir el poder, entonces seguiremos en el remolino del problema. Pero, queda una esperanza, el elector informado. Creo aún que la pertinencia de votar bien es una enseñanza a largo plazo, sin perder el horizonte de la democracia, ese imperfecto sistema que aún funciona en el mundo.