En la última encuesta de la Consultoría Interdisciplinaria en Desarrollo (CID) Gallup sobre el desempeño de los presidentes de América Latina, realizada en setiembre y octubre en 13 países de este continente, Pedro Castillo se ubica en el penútimo puesto con 18%, solo supera a su homólogo de Ecuador, Guillermo Lasso (17%). El primero es el salvadoreño Nayib Bukele, quien tiene una aprobación del 86%.

El fabuloso respaldo al jefe de Estado de El Salvador se debe a que redujo la delincuencia y la inseguridad ciudadana . Para muestra un botón, el último jueves 27 de octubre este país tuvo cero homicidios. “No hay argumentos que puedan ganarle a los resultados”, dijo Bukele saliendo al frente de las críticas y cuestionamientos de organizaciones internacionales sobre sus métodos.

Lo cierto es que gobernar con mano dura ha sido la fórmula de Bukele y no ha dudado en enfrentarse a quien sea, incluso calificó a la OEA como “una organización internacional protectora de delincuentes”, una frase que sonará como música para los oídos de un sector de peruanos en estos momentos.

“En el Perú no ha habido (presidentes) autoritarios sino arbitrarios. Los autoritarios y defensores del orden. Los arbitrarios son inspiradores del desorden y nada conservan excepto el poder que anhelan ejerccer sin control ni moderación”, decía el expresidente Valentín Paniagua para sostener la aspiración de muchos peruanos por un gobierno firme y con carácter.

Por supuesto, Pedro Castillo es todo lo contrario a ese ideal. Por eso representa a un gobierno incapaz, indolente y nefasto, pero sobretodo débil. Anda lamentándose y victimándose por todo el país como ayer en Loreto. “Miren los titulares cada día, miren las páginas cada día, todos los dias orientadas, hablando de Pedro Castillo, pero yo debo mantenerme firme porque es el pueblo el que me ha traido aqu. Y me he dado cuenta que porque no hablamos como ellos, no actuamos como ellos y no vengo del rincón de donde ellos están, siempre están deningrando”, dijo.

Un lider tiene que gestionar expectativas y cuando no puede, es lógico que la gente no lo respalde. De esa forma se le hace muy difícil la conducción de un país. Eso es lo que pasa con Castillo y ya no tiene posibilidades de darle vuelta al resultado.

TAGS RELACIONADOS