Ningún peruano medianamente informado puede decir que se siente sorprendido al saber que el 54% de la tesis presentada por el profesor Pedro Castillo para obtener el grado académico de magíster por la Universidad César Vallejo, es producto de un vil plagio por el que en su momento tendrá que responder ante la justicia, pues ya desde la campaña se conocían las limitaciones de este personaje que ni da entrevistas para evitar ridículos monumentales.

Recordemos que decía que quería acabar con los monopolios pese a que no sabía qué era un monopolio, o el día que afirmó que excarcelaría al asesino Antauro Humala por “exceso de carcelería”, la tarde en que pasó a la posteridad con su historia del pollo vivo –¿o muerto?– o cuando en medio de sus limitaciones que trató de salvar repitiendo la palabra “pueblo”, se metió en un gran lío al afirmar que se debería hacer un referéndum para consultar si el Perú debía regalarle mar a Bolivia.

Lo que tampoco debería llamar la atención es la precariedad de los argumentos que ha brindado su abogado Eduardo Pachas, los cuales han dado vergüenza ajena. Recordemos cuando en la campaña electoral, hace un año, el candidato Castillo no era capaz de mostrar un equipo de profesionales a la altura de las exigencias. Al debate de técnicos con las justas pudo convocar a Juan Pari para dar pena en materia económica frente a Luis Carranza.

Otra muestra de esa precariedad y de carencia de gente de peso la vemos hoy en el gabinete ministerial, con un premier pintoresco como Aníbal Torres, quien trata de tontearnos al afirmar que se reunió con el hoy prófugo Bruno Pacheco como ciudadano y no como ministro, y con dos jefes de sector (Educación y Trabajo) acusados de haber plagiado sus tesis, entre otras perlas como el acusado de dos crímenes. ¿Qué más se puede esperar de los subordinados de un jefe como Castillo?

Ahora el presidente Castillo y su esposa Lilia Paredes, coautora de la tesis dudosa, serán investigados por el Ministerio Público a través de un fiscal provincial de Tacabamba, en Cajamarca, teniendo en cuenta que el presunto delito el profesor lo cometió antes de ser mandatario. A juzgar por el rol lamentable que ha jugado la Fiscalía desde que empezó este gobierno plagado de corruptos y sinvergüenzas, dudo que estas pesquisas lleguen a buen puerto. Podría apostar que acá no pasará nada.