Censura
Censura

El revuelo que han causado las declaraciones de la primera dama Nadine Heredia a una revista local, que manifiestan el inmenso poder que tiene en el gobierno de su esposo, al extremo de que el presidente del Consejo de Ministros, René Cornejo, ha admitido que su gabinete coordina con ella, han hecho que no se preste atención al lamentable y preocupante intento de la señora por censurar, a través de diferentes formas, la entrevista y evitar su publicación.

Eso de llamar al periodista primero para evitar que salgan algunas frases dichas por Heredia en la entrevista, luego enviar una carta notarial con el argumento de que no se publiquen fotos de niños, que a cada momento son expuestos por sus padres hasta en la puerta de Palacio de Gobierno cuando hay cambio de guardia, y más tarde, recurrir a los "amigos" empresarios para que presionen a la revista a fin de impedir la publicación, son señales que preocupan.

El miércoles último la ministra de Trabajo y Promoción del Empleo, Ana Jara, una vez publicada la entrevista, dijo que este gobierno era respetuoso de la libertad de prensa, y es cierto. Desde julio del 2011, al menos personalmente, como director de Correo en el norte del país y luego en Lima, no he notado impedimento alguno para ejercer mi labor con total libertad y sin presiones palaciegas, de ministros o de legisladores oficialistas.

Sin embargo, preocupa la actitud vista desde Palacio de Gobierno para direccionar la entrevista que la señora Heredia sabía que era grabada. ¿Será el inicio de las presiones directas e indirectas a los medios para que no se difunda lo que no les gusta? ¿Será que a Humala solo le gustan los medios "amigos", aunque casi clandestinos en algunos casos, a los que puede manejar con llamadas telefónicas o a través de avisos publicitarios?

Recordemos que el humalismo llegó al poder con escasas credenciales democráticas por haber sido apadrinado -y quizás financiado- por el chavismo y por tener a un líder como Ollanta Humala, un personaje que con el "Andahuaylazo" se quiso traer abajo una administración constitucional como la de Alejandro Toledo y que promocionaba un plan de gobierno que parecía redactado por el dictador Juan Velasco Alvarado, así que nos queda estar muy alertas para que la vocación totalitaria no aflore.