Ayer la Sala Penal de Apelaciones Transitoria Especializada en Delitos de Corrupción de Junín ha decidido mandar a la cárcel por tres años y seis meses a Vladimir Cerrón por el caso “Aeródromo Wanka”, que se suma a la condena que ya arrastraba por una obra trucha en La Oroya, todo esto mientras se desempeñaba como gobernador regional de Junín y se dedicaba a hacer negociados y a llenarse los bolsillos, con el cuento de la “revolución” para convertir al Perú en el nuevo Cuba o Venezuela.

Pese a esta orden de cárcel efectiva, Cerrón es el menos indicado para ponerse a gritar el trillado discurso de la “persecución política”, pues por muchos años ha sido tratado con manos de seda por la siempre dudosa justicia de nuestro país. Es más, teniendo una primera condena vigente, pudo desarrollar vida política, hacer campana, colocar ministros e ingresar a Palacio de Gobierno y al Congreso como si fueran su casa. Es más, hace poco en el Parlamento hicieron una exposición fotográfica resaltando su “figura”.

Incluso Cerrón se ha dado el lujo de ser parte de la Mesa Directiva del Congreso a través de su hermano Waldemar, que sin tener mayor mérito político o profesional ocupa la segunda vicepresidencia. ¿Así va a venir a quejarse este caballero? Más bien debería estar agradecido con el sistema judicial que le ha dejado hacer lo que le ha dado la gana. A propósito, ¿ya explicó de dónde han salido los varios miles de soles que posee en diversas cuentas bancarias?

Los hechos que han llevado a que Cerrón sea condenado y suspendido de la función pública, junto a otros casos como el de “Los dinámicos del centro”, fueron tratados largamente por el equipo periodístico de Correo Huancayo desde inicios de la década pasada, cuando este médico graduado en Cuba era un personaje solo conocido en el ámbito local. El trabajo generó incluso represalias contra dos periodistas de este diario, uno de los cuales sufrió un ataque con un explosivo en su vivienda. Desde este espacio, un reconocimiento a ellos.

Como siempre, los escuderos del doblemente condenado por corrupción ya salieron con su absurda y débil defensa. Por ejemplo, el pobre congresista Flavio Cruz, ha dicho que a su líder le están hacienda pagar por “haberse enfrentado al sistema”, aunque como era de esperarse, no ha dicho quién está detrás de esta “persecución”. Sería bueno saber cuál ha sido el “mérito” de su jefe. ¿Colocar al sinvergüenza y golpista de Pedro Castillo en Palacio de Gobierno? Un poco de seriedad, por favor.