Los que conocen de negocios y prosperidad saben que las inversiones son necesarias, pues traen desarrollo, divisas y puestos de trabajo.

Pero los que conocen de negocios, prosperidad y geopolítica saben que al país no solo hay que atraer prosperidad, sino también seguridad en su soberanía.

El gobierno central ha puesto a consideración la posibilidad de cambiar el artículo 71 de la Constitución, para que se puedan vender terrenos dentro de los 50 kilómetros de la frontera, con la intención de que capitales chilenos construyan malls en Tacna.

Lamentablemente, Chile no es un país amigo, no es una nación hermana; le pese a quien le pese, es bueno reconocer que después de la guerra Chile ha tenido y tiene una posición agresiva con el Perú.

A los que creen que esto es patrioterismo barato les diré:

¿Acaso no es verdad que después de la guerra Chile se negó a hacer el plebiscito durante 50 años para definir la suerte de Tacna y Arica?

¿Alguien ignora que Chile se ha adueñado de nuestro pisco?

¿No recordamos acaso que de vez en cuando Bachelet nos hace esos jueguitos cojudos de guerra, donde desplaza tanques y aviones apuntando al Perú?

No pues, no seamos ingenuos. Si se quiere promover la inversión, que se les alquile los terrenos o se les dé en concesión, pero que no se les venda para que adquieran derechos de los cuales nos podemos arrepentir más adelante.

¿Alguien recuerda estos apellidos: Piérola, Vento, Panizo, Belaunde, Leiva, Iglesias, etc.?