Qué pasa cuando alteramos nuestro entorno natural, cuando alteramos sin control ni respeto la topografía o cuando invadimos y nos asentamos en cuencas y éstas además son ciegas. Cuando contaminamos sin control el entorno natural.
Cuando despreciamos y con nuestros actos afectamos el ecosistema. Cuando edificamos o construimos sin respeto por los suelos. Cuando gran parte de nuestra infraestructura pública es sospechosa. Cuando ingenuamente (o estúpidamente) y con ínfulas de grandeza y poder, actuamos esperando que la naturaleza se adapte a nosotros, cuando la verdad es que como simples motas de polvo que somos, debemos adaptarnos a ella y con sumo respeto interactuar con todos y cada uno de sus componentes pues, somos sólo uno más de ellos.
Con la única diferencia (monstruosa en realidad) de ser la única especie que puede crear y actuar de tal manera que la dañe o la afecte negativa e irremediablemente; de manera inconsciente u otras conciente.
Especie que es capaz de autoeliminarse, de autoextinguirse, de destruir aun su propio hábita. Especie que a diferencia de las animales que tienen a sus mejores y más fuertes ejemplares como guías, fortaleciéndose y asegurando su sobrevivencia y continuidad (la que sólo la estupidez del hombre y su "poder" extinguen), tiene en cambio, muchísimas de las veces como guías, a los peores y a los mas incapaces (Que me disculpen aquellos que representan las escasísimas excepciones a la regla).
Para muestra un botón: las lluvias que, además de cíclicas deben ser una bendición de la naturaleza por su aporte a la renovación, al alimento, a la limpieza, a la vida, se convierten en negativas y dañinas y causante de tantos dolores, por efecto de esa estupidez arriba mencionada.
Además de desnudar lo mal que se han hecho las cosas, lo incapaces y lo corruptos que muchas de las veces y en muchos casos, han sido al hacerlas. Buscando en el colmo de los colmos, crear ese círculo vicioso que permita en cada ciclo, por lo mal de lo hecho, el beneficio cíclico también, cuando vuelven a repetirlo.
Cada emergencia sirve en muchos casos, para ver emerger billetes de la nada por hacer casi nada, cuyo destino son los bolsillos de alguien que no vale nada. El día que, con voluntad, con conciencia, probidad e inteligencia hagamos las cosas bien, adaptándonos a las lluvias, armonizando lo más posible con la naturaleza, ese día habremos por fin, iniciado un proceso de cambio, beneficio y convivencia positiva, transformando lo que hoy es sólo un fenómeno dañino o un periodo cíclico de lluvias, problemas y dolor.
En donde los únicos que ganan son sólo aquellos que esperamos haber descrito bien, a los que todos conocen y nadie dice nada, tal y conforme lo dice el cantante de los cantantes, Héctor Lavo en su famoso, "Juanito alimaña".

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