El Consejo Nacional de Educación (CNE) el 3 de noviembre del 2021 se pronunció -al igual que Unicef, Unesco y muchos colectivos y lideres científicos, sociales, educativos y de padres de familia- sobre la urgencia de asegurar las condiciones para retornar a una educación presencial a más tardar en marzo del 2022.
El 24 de abril, nuevamente se dirigió a las autoridades y la ciudadanía para expresar la urgencia de restablecer la presencialidad plena de los estudiantes de educación básica y superior, como requisito para la recuperación de los aprendizajes, la socialización y el desarrollo socioemocional de los estudiantes afectados por el prolongado cierre de las instituciones educativas y las limitaciones de la enseñanza remota, en especial los alumnos pobres, con alguna discapacidad, y los que no tienen acceso a servicios de salud eficaces.
Este comunicado del CNE se difundió cuando, simultáneamente, se eliminó el metro de distanciamiento social en las instituciones educativas por cuanto afectaba el desarrollo pleno de clases presenciales, generándose que aproximadamente la mitad de los alumnos, sobre todo de las escuelas públicas, siguieran recibiendo una educación a distancia precaria y casi inexistente.
El CNE con la intención de proteger el derecho a la salud y a la educación de la población, así como el interés superior de los estudiantes, recomienda la vacunación de todo el personal y la mayor parte de los estudiantes de 5 años a más, la ventilación en los espacios, la promoción y monitoreo del uso adecuado y continuo de mascarillas en las salas de clases, y el restablecimiento de quioscos que sean saludables , así como la entrega oportuna y consumo de alimentos del Programa Qali Warma en las instituciones educativas, ampliando su distribución a todas las poblaciones estudiantiles que los requieren. Siempre, haciendo notar que el retorno a la presencialidad plena debe ser con mejoras pedagógicas. Y yo agrego: sostenido y continuo.