A los 84 años de edad, este 18 de octubre, ha fallecido Colin Luther Powell (1937-2021), el primer secretario de Estado de los Estados Unidos de América, negro, para mi gusto, uno de los mayores constructores de la política exterior de su país en el umbral entre los siglos XX y XXI. Este militar neoyorkino que también fuera el primer negro que accedió al altísimo cargo de jefe del Estado Mayor Conjunto de la nación más poderosa del mundo, hizo historia al llevar adelante la estrategia estadounidense sobre Irak, dos años después de producirse el atentado terrorista de Al Qaeda del 11S, cuyo resultado fue la precipitación del presidente sunita, Sadam Hussein, que fuera finalmente condenado a la pena de muerte por ahorcamiento por una corte chiita.
Antes, en febrero de 2003, Powell se había presentado en el seno del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para exponer las justificaciones de Washington para intervenir en Irak, amparado en la Resolución 1441 de la ONU, relativa a las armas de destrucción masiva. Ya sabemos que Washington jamás pudo demostrar que había armas químicas como era la imputación estadounidense por el informe de George Tenet que fuera revelado en errores por una comisión del Senado. Pero Powell solo actuaba sobre objetivos como todo hombre de Estado, siempre decidido, y siendo su mérito, junto al presidente George Bush, llevaron adelante la doctrina de la guerra preventiva, que venía construyéndose por los expertos en seguridad y defensa del hegemón del planeta. Con los años, Powell, dejó entrever que hubo un error en el informe, pero el objetivo ya había sido consumado.
El exsecretario de Estado, hijo de un empleado de la poderosa industria naval de EE.UU. y de una costurera, ha partido de este mundo, víctima de la COVID-19, habiendo quedado más expuesto a esta enfermedad al hallarse sus defensas totalmente vulnerables frente a otra enfermedad que ya venía padeciendo. Este veterano de la Guerra de Vietnam llegó a nuestro país para participar por EE.UU. en la dación de la Carta Democrática Interamericana, el mayor instrumento de la Organización de los Estados Americanos – OEA sobre la democracia en el continente, precisamente en la misma fecha del atentado terrorista de mayor impacto en la historia de EE.UU. En el balance, sin duda que fue un estadista.