Desde que se inició la pandemia muchos irresponsables, incluyendo a médicos y autoridades públicas, han estado dando “recetas infalibles” contra el COVID-19 que son verdaderos cuentos y graves atentados contra la salud, por lo que el Ministerio Público que a veces es tan diligente para algunos temas, debería actuar de oficio y denunciar a estas personas para que nadie más siga jugando así con la vida de las personas.

El miércoles último, la presidenta ejecutiva de EsSalud, Fiorella Molinelli, ha dicho desde Cusco que a los hospitales de su institución están llegando muchos pacientes, incluyendo niños, intoxicados por consumir dióxido de cloro como “tratamiento” frente al coronavirus. Si el Estado tuviera una política contra la pandemia, tendría que incluir la adopción de medidas legales para sacar de circulación a esta gente.

Días atrás se advirtió que en Arequipa muchas personas estaban sufriendo los estragos del dióxido de cloro. No hay que olvidar que en esa región el gobernador, Elmer Cáceres Llica, ha sido el principal promotor del consumo de esa sustancia tóxica. Incluso, muy suelto de huesos, exigió al Ministerio de Salud que legalice su consumo. Un verdadero peligro público que debería estar en manos de algún fiscal preocupado por la salud de los peruanos.

En medio de esta descomunal crisis donde no hay hospitales, médicos ni medicinas a la mano, no se puede dejar la cancha libre para el accionar de estos irresponsables. Incluso existen médicos colegiados que recetan productos nocivos para la salud. Hace unas semanas el jefe del Comando COVID de Ayacucho, Amílcar Huancahuari, tuvo que ser echado del cargo por recetar el consumo de dióxido de cloro. Como vemos, no es un asunto solo de charlatanes de plazuela.

La población de todo el país está desesperada tratando de librarse de la muerte en caso de contagio, por lo que en medio de esa situación crítica y extrema, tiende a acoger consejos y recetas nocivas. Es tarea del Estado, a través del Ministerio Público, neutralizar a quienes se dedican a envenenar a las personas a través de productos no autorizados por las autoridades sanitarias, ni acá ni en ninguna parte del mundo.

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