Ya se sabe que el Gobierno no ha podido darle coherencia ni eficiencia a las políticas públicas a favor de los peruanos, debido a su alto grado de incompetencia e improvisación. Por supuesto, los más perjudicados son los sectores más vulnerables. Para muestra un botón, en la última encuesta de Ipsos-El Comercio, el 84% de ciudadanos considera que el costo de vida en el país ha subido en los últimos doce meses. De ellos, el 33% estima que la principal causa del incremento de precios es la incapacidad y malas decisiones del Ejecutivo.

El exentrenador de la selección española, José Antonio Camacho, decía que “cuando la pelota no entra al arco contrario, es muy difícil que quieran a un entrenador”. Si lo trasladamos a la política se puede decir que si “el costo de vida sube, es muy difícil que quieran a un presidente”. Por ello, es evidente el rechazo a la gestión de Pedro Castillo. Por ello, hay protestas en las calles. Todo representa un mensaje al mandatario y sus ministros: gobernar no es durar en sus puestos hasta el 2026 sino trabajar para la gente. Están poniendo el sistema político y económico en peligro y esto solo puede acarrear males mayores.

El problema, es que el futuro es muy sombrío. ¿Cómo entonces esperar que los empresarios participen en la tarea nacional de ponerle el hombro al país?

Lo pero es que no hay nadie en el Gobierno que pueda aportar sus conocimientos para afrontar con responsabilidad, sin odios nimezquindades, la crisis económica que ahora angustia a todos los peruanos.

El expresidente uruguayo José Mujica decia que lo que “la gente quiere es que no la jodan”. Pedro Castillo, quien admira tanto al “Pepe”, nunca le hizo caso.

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