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El Poder Ejecutivo tiene previsto presentar mañana un conjunto de medidas a ser llevadas a la práctica por el gabinete ministerial juramentado tras la cuestionada disolución del Congreso, y queda claro que la única alternativa que tiene el presidente Martín Vizcarra para mantener su popularidad –esa que tanto le quita el sueño– es que se den los resultados esperados y que la población sienta un alivio ante los problemas que la agobian día a día.

Y es que el Mandatario ya no podrá echarles la culpa a los congresistas que mandó a su casa en medio de aplausos, por más que en el ambiente reine un fuerte olor a inconstitucionalidad. Ahora el jefe de Estado, el premier Vicente Zeballos y los ministros tienen la cancha libre, sin ese "obstruccionismo" que denunciaba Palacio de Gobierno quizá como excusa ante el poco trabajo que se ha visto en la gestión del presidente Vizcarra.

Por ejemplo, en materia de seguridad ciudadana, que es un tema policial y de coordinación entre el Ejecutivo, el Poder Judicial, el Ministerio Público y los gobiernos locales, no sé de qué manera obstruía el Congreso. Ahora que ya no está ese Poder Legislativo impresentable, que de verdad lo era, ¿habrá resultados? ¿Veremos menos crímenes, extorsiones y asaltos? ¿Los delitos dejarán de cometerse desde las cárceles manejadas por el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos?

Siguiendo la lógica del discurso del presidente Vizcarra, tras el cierre del Congreso y la aplicación del plan de trabajo a ser presentado mañana por el premier Zeballos, la situación económica tendría que mejorar, por lo que llegaríamos a fin de año al 3.5% del crecimiento de nuestra economía; se llevaría a cabo la postergada reconstrucción del norte; y los vergonzosos indicadores de anemia infantil comenzarían a bajar.

En 18 meses de gobierno del presidente Vizcarra, es poco lo que se ha hecho en gestión, y la excusa siempre ha sido la presencia del Congreso. Ahora todo es diferente para un Ejecutivo con todos los poderes. Por eso, si no logra mostrar los resultados que todos esperamos, en los próximos meses el régimen tendrá a la gente reclamándole con esa fuerza de la calle que el Mandatario conoce muy bien, pues ha sido su mejor "argumento" para tomar la decisión del 30 de setiembre.