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Han hecho bien el fujimorismo y muchas otras personas al expresar su malestar y queja por los insultos y agravios que lanza en su columna Rafo León, bajo el escudo de sátira política, contra Keiko Fujimori, Cecilia Chacón y parte de su equipo de mujeres. Solo los amigos del autor son los que, inexplicablemente, miran a otro lado y apelan a la libertad de expresión para defender lo indefendible, cosa que no harían si el agresor fuera naranja, aprista o de derecha.

Sin embargo, la válida indignación de muchos se queda sin piso al ver que el propio fujimorismo, que ha visto afectadas a sus mujeres, mantiene en sus filas y sin sanción temporal al menos a una legisladora como la hasta ayer presidenta de la Comisión de la Mujer y Familia del Congreso, Maritza García, la que desde su cargo nos vino a hablar de los agresores sanos y a culpar a las mujeres de provocar las agresiones de sus parejas.

Si el fujimorismo se indigna por los textos humorísticos de León, también debería hacerlo con su congresista García, por más que sea de su bancada. Lo que está haciendo la gente de Keiko Fujimori al dejar a esta legisladora en sus filas, pese a este escándalo y otro anterior -muy grave también-, es mostrar un doble rasero que jamás se debe exhibir frente a las agresiones físicas y psicológicas que pueda sufrir una mujer.

Tengamos en cuenta que no es la primera vez que la legisladora García resulta involucrada en un escándalo. Recordemos que fue elegida como una abogada con maestría, y que luego le fueron retirados los títulos y grados tras comprobarse que presentó un certificado falso de estudios secundarios al momento de iniciar su pregrado en la Universidad Nacional de Piura (UNP). ¿Y así la pusieron al frente de una comisión? Más bien debieron expulsarla hace rato.

Flaco favor hace al fujimorismo o a cualquier agrupación política el tener en sus filas a personajes como la congresista García, por más que ayer haya renunciado al cargo con la frente en alto ante la amenaza de ser echada por su grupo de trabajo. Si cometieron el error de incluirla en su lista de postulantes al Congreso, bien harían en rectificarse aplicando medidas más drásticas contra ella. ¿O es que la apañan en medio de los escándalos que protagoniza?