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El Congreso manejado por una mayoría fujimorista se está caracterizando por no cumplir sentencias, como cuando el TC reconoció los derechos de nuestra bancada Nuevo Perú, pero demoran hasta hoy su pleno cumplimiento.

Ahora pretende desconocer la resolución dictada por la CIDH, que establece el archivo definitivo del proceso contra 4 magistrados del TC. La mayoría de portavoces acordó contratar una asesoría jurídica que indique cómo tramitar el archivamiento dispuesto por la CIDH.

Retroceden al no acatar lo dispuesto por la CIDH, pero pretenden continuar el proceso contra los magistrados del TC mientras consultan a la CIDH. Clásica maniobra dilatoria. Al pretender que el fallo es inaplicable porque la Comisión Permanente debe votar la acusación constitucional, desconocen que el fallo de un Tribunal nacional o internacional se cumple, no se consulta en votación.

A la Corte-IDH nos hemos sometido como país libre, soberano y de manera voluntaria; por lo que no acatar esta sentencia es allanar el camino para la renuncia del Perú al Pacto de San José. Así se produciría un grave retroceso en materia de respeto a los derechos humanos, perjudicando más a la ciudadanía que al propio Estado.

En democracia, los fallos se acatan, así estos sean adversos; no hacerlo nos pone a niveles de ciertas dictaduras, como la de los noventa en el Perú.