Durante casi 25 años, personal de las Fuerzas Armadas tuvo el control y seguridad de los pueblos ubicados en el Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), esto por la presencia de grupos terroristas que ante la ausencia del Estado tomaron dichos territorios, obligando a los diferentes gobiernos de turno a declarar la zona en “emergencia”.

Varias son las regiones que son parte del VRAEM (Junín, Ayacucho, Huánuco, Pasco, Huancavelica y Cusco), que al igual de los pueblos del Alto Huallaga sufrieron la violencia provocada por los delincuentes narcoterroristas.

Hace poco, el valle del Alto Huallaga dejó de ser considerado zona de emergencia, debido a la casi extinción de grupos subversivos y a la pacificación cumplida, basada en la implementación de cultivos alternativos para erradicar el sembrío de la hoja de la coca.

Sin embargo, el VRAEM aún registra la presencia de pequeños grupos de terroristas que, en alianza con el narcotráfico, controlan zonas para elaborar droga y por ello hasta ayer la responsabilidad de seguridad y vigilancia la tenían las Fuerzas Armadas.

El gobierno ha dispuesto -mediante decreto supremo- que sea la Policía Nacional la encargada de tener el control interno y asuma el liderazgo en su lucha contra el narcotráfico, pero continuará la emergencia para que las FF.AA. sigan apoyando acciones en contra del terrorismo que puedan registrarse.

La PNP tiene el desafío de continuar la pacificación en el VRAEM, zona donde se incrementó la producción de droga, la tala ilegal y acciones delictivas, lo que convierten a ciertas localidades en presas de la inseguridad, pese al prolongado estado de emergencia.

TAGS RELACIONADOS