En la mañana del lunes 11 de junio de 1962, apareció en los quioscos de la ciudad de Tacna el primer ejemplar del diario Correo, que inicialmente se llamó Sur. Un día antes el país había celebrado elecciones generales que supuestamente darían un sucesor al presidente Manuel Prado, quien venía concluyendo su segundo mandato. Los resultados arrojaron casi un triple empate entre Víctor Raúl Haya de la Torre, Fernando Belaunde y Manuel Odría, aunque este último algo rezagado.
Semanas después, mientras aún no se proclamaba un ganador debido a los ajustados márgenes de diferencia y a pugnas por el poder, las Fuerzas Armadas al mando del general Ricardo Pérez Godoy dan un golpe militar, deponen al saliente Prado e inician un gobierno transitorio que al cabo de un año, ya con el general Nicolás Lindley como presidente de facto, convocan a otro proceso electoral que da como ganador a Belaunde. Al día siguiente de estos nuevos comicios de junio de 1963, sale a circulación Correo Lima.
Entre junio de 1962 que surge en Tacna, y junio de 1963 que aparece en Lima, el fundador de Correo, el empresario Luis Banchero Rossi, ya había lanzado ediciones locales de este nuevo diario de logo rojo en Piura, Huancayo y Arequipa –hoy son 14 en total para igual número de regiones–, con la idea de recoger las voces de las provincias desde las provincias, sin dejar de lado el quehacer nacional, sobre todo el político y económico, que es la razón de ser especialmente de la edición capitalina.
También hubo tiempos oscuros para este diario, como lo fue la expropiación y captura llevada a cabo por la dictadura del general Juan Velasco en 1974, un hecho infame que demuestra el temor de las tiranías de todos los colores a la prensa independiente que le grita sus verdades. Nadie que crea en la democracia y las libertades, puede estar de acuerdo con este tipo de actos que hemos visto recientemente en países con los que el actual gobierno peruano guarda mucha afinidad. Cuidado con eso.
Al cabo de seis décadas, con herramientas tecnológicas que permiten interconectar en tiempo real a las 14 sedes del periódico, y en un agresivo e imparable proceso de transformación digital, Correo, hoy como marca del Grupo El Comercio, sigue en la brega manteniéndose fiel a su ADN y a su esencia que quedó plasmada en la portada de la primera edición limeña, donde se señalaba que el diario tendría como prioridad “informar, entretener, orientar y defender” a los ciudadanos. Nos mantenemos en eso.