Crimea
Crimea

No hay que confundirnos señores, Crimea es Rusia desde los primero zares del Imperio. La expansión del Imperio ruso siempre fue en la búsqueda de acceso a los mares calientes, pues ellos se encontraban confinados al territorio continental. En ese sentido se dieron dos grandes vertientes, una hacia el Mar Negro y la otra hacia el Océano Pacífico. La primera fue la que se logró en primer lugar. Ya desde Pedro el Grande, que trazó cuáles irían a ser los grandes lineamientos de la política exterior de su imperio hasta Catalina la Grande, que fue la que consolidó la presencia rusa en el Mar Negro a través de Crimea, originalmente poblada por pueblos tártaros y cosacos. Se produjeron dos grandes migraciones de rusos, unos que se instalaron en Ucrania y los otros en Crimea, donde son amplia mayoría. Esto no solo era para tener la presencia en el Mar Negro, sino también para impedir la invasión turca (musulmanes). El conflicto con el Islam es de tiempos inmemoriales; recordemos que el primer reino cristiano fue el de Samarcanda. La posesión de Crimea siempre fue un tema de conflicto de Europa Occidental con el Imperio ruso. Recordemos la guerra de Crimea en el siglo XIX llevada a cabo por Gran Bretaña, Francia, Italia y el Imperio Otomano (Turquía) contra el Imperio ruso, guerra que fue perdida por Rusia pero que marcó la posesión de Crimea por parte del pueblo ruso y que, posteriormente, esta política de acceso a los mares calientes fue concretada cuando el Imperio llegó a Vladivostok en el Océano Pacífico. Actualmente, el estado autónomo de Crimea a través de su Parlamento ha proclamado el volver a ser parte de Rusia y para ello se ha convocado a un referéndum, el cual no cabe duda será ganado pues la mayor parte de su población es rusa. Occidente (es decir los EE.UU.) han querido devolverle a los rusos su actuación en Siria que les impidió el poder intervenir desestabilizando a Ucrania, sin tener en cuenta que la mitad de Ucrania es rusa y la otra ucraniana, pero nuevamente los rusos se les adelantaron al convocarse el referéndum. Lo peligroso de este juego (como Putin mencionó que los "EE.UU. juegan con los pueblos como si fueran ratones de laboratorio") es que, por Crimea, Rusia sí va a la guerra. Se está jugando con fuego y el riesgo de un holocausto nuclear.